Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte han usado biopolímeros de algas marinas y caparazones de cangrejo para fabricar materiales compuestos de origen natural que podrían servir como sustitutos de los plásticos a base de petróleo.
El proyecto HipPEEK busca demostrar el potencial de los sólidos celulares termoplásticos de alto rendimiento para reemplazar a los polímeros reforzados con fibras en la cadena de producción.
Investigadores andaluces han desarrollado una espuma geopolimérica menos contaminante que el cemento usando polvo residual de la industria del aluminio y cenizas de cáscara de arroz.
MycoComposite es un material renovable, compuesto de micelio de hongo y fibras vegetales trituradas que ya se usa en aplicaciones de embalaje, construcción e incluso en la fabricación de urnas y ataúdes.
Entre las aplicaciones que tiene el nuevo material están los productos moldeados por inyección, el film de embalaje, las bolsas de lavandería, almohadillas de aire para embalajes y otros productos de papel recubiertos para envases de alimentos.
Este bioplástico es seguro, biodegradable y resistente a grasas y aceites, cualidades que lo hacen apto para su uso en el envasado de alimentos..
[themoneytizer id=»17425-1″] En el proyecto RECICOM-PLASVALOR se ha trabajado en la obtención de materiales de alto valor añadido a partir de monómeros, oligómeros y polímeros descontaminados. Además se han evaluado materiales poliméricos para ser considerados como home-compost mediante el desarrollo de una nueva metodología acelerada.
[themoneytizer id=»17425-1″] El proyecto Avansite desarrollará composites poliméricos, tanto termoplásticos como termoestables, bajo un enfoque de sostenibilidad y de desarrollo de materiales para la economía circular.
[themoneytizer id=»17425-1″] Investigadores suecos han sustituido los polímeros de origen fósil por acrilato de limonelo obtenido de cítricos en la fabricación de madera transparente, uno de los materiales más innovadores para el sector de la construcción.
[themoneytizer id=»17425-1″] Investigadores de la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Sydney han desarrollado un método optimizado para reciclar los compuestos de polímero reforzado con fibra de carbono manteniendo el 90% de sus propiedades originales.
