Cerca de la mitad de los neumáticos fuera de uso recuperados por el SCRAP se reciclaron, un 43% se usó como combustible en cementeras y casi un 10% se pudo reutilizar.

TNU gestionó casi 95.000 toneladas de neumáticos usados en 2022

El sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) de neumáticos TNU ha presentado su memoria anual de actividad, la cual resume las acciones realizadas en 2022 y muestra los datos de la gestión y reciclaje de los neumáticos fuera de uso (NFU) de esta entidad, que en total recogió 94.860 toneladas de NFU.

La gestión ambiental de estos residuos de neumáticos, extrapolada a términos ecológicos, ha supuesto dejar de emitir 435 millones de kg de CO2, ahorrando más de 132 millones de litros de petróleo y 11 millones de m3 de agua.

En concreto, los destinos de los NFU gestionados por TNU han sido los siguientes:

Reutilización: 9,77 %. Se destinaron el 4,78% para un segundo uso y el 4,99% para el recauchutado. Reutilizar los neumáticos para darles una segunda vida reduce el uso de recursos materiales y energéticos, así como la contaminación y la degradación del medio ambiente. En lo que respecta a la segunda vida o renovado, su realización supone un importante ahorro de millones de litros de petróleo, toneladas de emisiones de CO2 y de agua. Producir un neumático nuevo de turismo consume 23,5 litros de petróleo; en comparación, renovarlo solo utiliza 13 litros, ahorrando en su proceso de fabricación 33 kilos de CO2 y 878 litros de agua.

Valorización material: 46,67%. Se valoriza el neumático fuera de uso mediante la separación y recuperación de sus materiales: goma, metal y textil, o con el neumático entero para obra civil. El caucho del neumático, en sus diferentes granulometrías se utiliza en un sinfín de usos, como césped artificial, carreteras, losetas de seguridad, pavimentos deportivos, suelas, mangueras, etc.

Valorización energética: 43,56%. Los neumáticos que no se pueden reciclar ni renovar, se utilizan, previamente troceados, como combustible para cementeras, lo que supone un ahorro energético considerable. Este uso de combustibles alternativos, además de reducir la cantidad de neumáticos usados al final de su vida útil, reduce el consumo de combustibles fósiles ya que cuentan con un poder calorífico superior a la antracita.

Además, no son solamente combustible, ya que al encontrarse entre sus componentes el acero, que se introduce junto con el troceado de NFU en el horno de la cementera, se evitan añadir escorias de pirita y otras materias primas, aportando materiales que son indispensables para la fabricación del cemento.

Actualmente la pirólisis se está perfilando como alternativa para transformar la goma del neumático usado en energía (aceite pirolítico y gas) y materia prima reutilizable, como es el negro de carbón, pigmento primordial para fabricar nuevos neumáticos, tóner, etc. En nuestro país están proyectadas 4 plantas de pirólisis, con la capacidad de tratar 40.000 toneladas al año.

Legislación y Economía Circular

También ha sido muy importante la entrada en vigor de varias regulaciones, que ha supuesto un gran avance en diversos aspectos que fortalecen la industria del reciclado de neumático, como son:

  • La creación del Registro de Productores de Neumáticos, que evita, mediante su seguimiento y control, las bolsas de fraude de neumático no declarado.
  • La aprobación de la Orden 1522/2021, que establece los criterios de fin de condición de residuo para el caucho reciclado procedente de los NFU. Esta normativa concede seguridad jurídica y contribuye a lograr un mayor reconocimiento y aceptación en el mercado.
  • La obligación de gestionar la cantidad de neumáticos de segundo uso que se hayan puesto en el mercado de reposición preparados para su reutilización.
  • La obligatoriedad de que los neumáticos de segunda mano estén certificados como aptos por un gestor autorizado, lo que aporta más seguridad vial.20

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