México es el mayor productor de aguacate del mundo y cada año genera 4.700 toneladas de semillas que se desechan como residuo, y cuyo aprovechamiento permitiría satisfacer hasta diez veces la actual demanda de bioplásticos del país.

obtienen bioplásticos a partir de la semilla de aguacate
Scott Munguía, investigador y director de Biofase. Foto: Tec de Monterrey

Producir bioplásticos a partir de una fuente natural abundante que no tenga otros usos y contribuir al desarrollo sostenible fue el reto que se llevó al laboratorio Scott Munguía, quien cursa la carrera de Ingeniero Químico Administrador (IQA) en el Tecnológico de Monterrey (México). Y la respuesta llegó con la semilla del aguacate.

La investigación que realizó con varios compañeros le permitió conseguir un nuevo uso para la semilla de aguacate, al asilar un monómero que se polimeriza para generar un plástico completamente verde y sostenible. Para ello desarrolló un proceso industrial viable y patentó sus descubrimientos.

México es el mayor productor de aguacate en el mundo. Cada año produce más de un millón de toneladas, con una fracción importante de esta cantidad destinada a alimentos procesados como el guacamole, lo que deja cerca de 4.700 toneladas de semillas desechadas cada mes. Esto sería suficiente para satisfacer hasta diez veces la actual demanda de bioplásticos del país, asegura Munguía.

En 2012 decidió capitalizar este conocimiento y creó la empresa Biofase, emprendimiento que ha recibido reconocimientos como el Premio FRISA al Mérito Emprendedor en 2012, el Premio de la Idea a la Acción de la Red Emprendia ese mismo año, y recientemente, Scott Munguía, fue nombrado uno de los Innovadores mexicanos menores de 35 años por MIT Technology Review.

“En Biofase nos dedicamos al desarrollo de biorresinas, bioplásticos o biopolímeros –se les conoce de las tres maneras– y tratamos de resolver un problema importante que existe no sólo en México, sino en todo el mundo, que es la contaminación generada por los plásticos derivados del petróleo. Nosotros generamos una nueva alternativa para poder resolver esto”, explica Munguía.

Su proceso permite que las biorresinas tengan un amplio abanico de aplicaciones que van desde bolsas finas hasta elementos sólidos como envases o cubiertos. Biofase vende la resina termoplástica a otras empresas para que la procesen y comercialicen.

Con una producción estimada de 50 toneladas mensuales durante este año, la es meta triplicar esta cifra en 2015 e incorporar nuevos productos. Este ecoemprendedor asegura que espera que la producción se incremente a medida que aumente la penetración en el mercado, pues el problema actual es el precio, que duplica el de los productos derivados del petróleo.

Para Munguía, la respuesta a este dilema está en la tecnología y en el aprovechamiento del residuo de la industria agroalimentaria, que reducen hasta la cuarta parte del costo de producción. “Pensamos que es posible acercar el precio del bioplástico al del plástico convencional y esperamos lograrlo en los próximos cinco años”, afirma.

Oportunidades para Michoacán

México es el primer productor y exportador de aguacate a nivel internacional. Tres de cada 10 aguacates que se comen en el mundo son mexicanos, y el Estado de Michoacán es el principal productor de aguacate del país; el 85% de los aguacates mexicanos se producen allí.

Según Munguía, la tecnología desarrollada en el Tec de Monterrey supone una ventaja importante para los pequeños negocios de la región que procesan aguacate. Estas empresas no tendrán que pagar a terceros para que se lleven los residuos, sino que Biofase se encargará de recogerlos y reintegrarlos al sistema productivo.

El profesor, investigador y director de estudios de posgrado en la Escuela de Biotecnología y Alimentos del Tecnológico de Monterrey, Jorge Welti, que es miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 México, destaca que la empresa de Munguía “ha logrado generar 14 empleos y ofrecer una nueva forma de aprovechar los residuos de la industria aguacatera”.

Además, Welti pone en valor el hecho de que el equipo de Biofase “espera generar un impacto en la región de Michoacán, que actualmente sufre de diversas problemáticas sociales graves, a través de la incorporación de nueva tecnología”.

Foto portada:
j_silla en Flickr (cc)

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