El trabajo de dos centros del CSIC demuestra que estos contaminantes permanentes superan la barrera de las corrientes oceánicas a través de aerosoles marinos y se depositan en aguas antárticas en forma de lluvia o nieve.
Las bacterias intestinales podrían protegernos de los «químicos eternos» tóxicos
Los científicos han descubierto que ciertas especies de bacterias que se encuentran en el intestino humano pueden absorber los PFAS, unos conocidos «químicos eternos» tóxicos y persistentes. Afirman que potenciar estas especies en nuestra microbiota intestinal podría ayudarnos a protegernos de los efectos nocivos de los PFAS.
