El método diseñado por investigadores de la Universidad de Ámsterdam produce materia prima renovable para fabricar bioplásticos a partir del algodón, mientras que el poliéster restante se puede reciclar químicamente.
Obtienen bioplásticos que reflejan los colores del arcoiris a partir de residuos de algodón y cacao
[themoneytizer id=»17425-1″] Se trata de un material sostenible con colores brillantes que varían al detectar una alteración en su composición, con lo que podría emplearse como sensores en el sector alimentario, como marcas para evitar falsificaciones u otras aplicaciones como componentes estéticos de juguetes.