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Cuando los neumáticos llegan al final de su vida útil pueden aprovecharse sus componentes de diversas formas, como en el asfaltado de carreteras, la fabricación de césped artificial o en suelas para el calzado. Repasamos aquí algunos de los usos más habituales de estos residuos.

Neumáticos fuera de uso

El reciclaje se define como un proceso por el cual un producto ya utilizado se somete a un tratamiento para que pueda ser nuevamente utilizado. Básicamente es un deshecho que regresa al ciclo productivo. A partir del reciclaje se contribuye, entre otras cosas a preservar el medio ambiente, ahorrar energía, optimizar recursos, crear nuevos productos ecosostenibles, generar empleo verde y fomentar un modelo de economía circular más justo con la sociedad y la naturaleza.

Cada año se reciclan en España cerca de 300.000 toneladas de neumáticos fuera de uso (NFU). TNU (Tratamiento Neumáticos Usados), como Sistema Integrado de Gestión autorizado, se encarga de gestionar su recogida para su posterior tratamiento. Una vez son recogidos, se clasifican entre los que se pueden renovar (proceso de recauchutado) y los que no. En el caso de no poder renovarse, estos van a plantas de reciclado donde se extraen y separan sus distintos componentes (caucho, fibra textil y acero), que se recuperan para nuevos usos.

Recopilamos a continuación algunos de los mejores usos que, según explican desde TNU, se dan a los neumáticos fuera de uso a través de su reciclaje y valorización:

  1. Asfaltado de calles y carreteras: Con el polvo del caucho del neumático se realizan mezclas bituminosas que se utilizan para asfaltar carreteras. El caucho recuperado de los neumáticos al final de su vida útil tiene, de hecho, propiedades de resistencia, elásticas y de insonorización que lo convierten en un excelente sustituto de los áridos vírgenes. Las “carreteras recicladas” se agrietan menos y contribuyen a la reducción de la contaminación acústica.
  2. Losetas de seguridad y pavimentos para parques infantiles, canchas deportivas, etc.: Las losetas y piezas de caucho reciclado son productos ecológicos, puesto que aproximadamente el 90 por ciento de sus componentes proceden de neumáticos usados. Estos suelos absorben los impactos, son elásticos, secan con rapidez, amortiguan los ruidos y no son perjudiciales para la salud.
  3. Guardarraíles más seguros: Se pueden construir sistemas de doble y simple bionda que se acoplan a los ‘quitamiedos’ convencionales para reducir los riesgos de lesiones ante los impactos en accidentes. Estos guardarraíles no sólo protegen la integridad de los conductores y los pasajeros de los coches, sino también de los motoristas y los ciclistas. Además pueden incorporar partes reflectantes.
  4. Césped artificial: A partir del caucho de los neumáticos fuera de uso es posible fabricar césped artificial para pavimentar campos deportivos de fútbol, pádel, golf, rugby, tenis, hockey… Con un neumático usado se puede hacer un metro cuadrado de césped artificial para un campo de fútbol, por lo que para cubrir un estadio como el Santiago Bernabeu de Madrid o el Camp Nou de Barcelona, se necesitarían 7.140 neumáticos. Una alternativa ecológica, confortable, higiénica y segura para la práctica deportiva.
  5. Techos para viviendas: Se pueden emplear entre 600 y 1.000 neumáticos fuera de uso, convertidos en paneles de caucho que posteriormente son recubiertos con polvo de pizarra para darles un aspecto más real, en forma de tejas. La durabilidad de estos tejados está garantizada para más de 50 años.
  6. Aislante acústico: La fibra textil del neumático que se recupera en los centros de reciclaje es muy valorada en la industria de la construcción como aislante acústico en viviendas y edificios, por su gran capacidad de absorción de vibraciones, así como su alta estabilidad ante agentes atmosféricos.
  7. Combustible: El alto poder calorífico del neumático triturado y su bajo contenido de humedad lo convierten en un buen combustible de sustitución para grandes instalaciones industriales como las cementeras. Su uso supone un ahorro energético considerable y una reducción del consumo del combustible fósil. El 30% del neumático está compuesto por caucho natural, es decir, biomasa, con lo cual su empleo como combustible conlleva una importante reducción de emisiones nocivas.
  8. Suelas para zapatos: A partir de neumáticos usados se pueden fabricar suelas de caucho para todo tipo de calzado con una extraordinaria resistencia al desgaste y gran agarre a cualquier tipo de superficie. A partir del caucho de un neumático fuera de uso se pueden producir aproximadamente unos 30 pares de suelas.
  9. Proyectos de obra civil: Las carcasas del neumático trituradas o enteras se destinan a diferentes aplicaciones como fortificación de taludes, terraplenes, arrecifes artificiales, rompeolas, rellenos de estribos para la construcción de puentes, raíles para los tranvías urbanos, etc.
  10. Metal regenerado: Los neumáticos integran en su composición cables de acero para ofrecer mayor resistencia y versatilidad. En las plantas de procesamiento estos alambres de acero se retiran, reciclan y envían a los laminadores de acero para la fabricación de acero nuevo de gran calidad para la industria siderúrgica.
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