Carlos MicilioCarlos Micilio

Director de la consultora urbano-ambiental Carlos Micilio & Asociados
http://carlosmicilioeducacionambiental.blogspot.com –

El consultor ambiental argentino Carlos Micilio presenta en este artículo algunas reflexiones en torno a la conducta de las personas en relación con los RSU en Latinoamérica, una problemática que vive de forma generalizada todo el continente, y lanza algunas propuestas básicas que ayuden a mejorar el actual escenario.

Este encabezado, más que una gacetilla editorial o un juego de palabras, constituye el paradigma de toda una sociedad que todavía no se delimita en qué lugar quiere estar, o en qué condiciones quiere vivir. Fíjense que esta analogía gramatical se basa en una sola letra: sociedad/suciedad, pero es palmario el ejemplo que demuestra que es mucho mas que una letra lo que nos separa sistemáticamente de lo que debería, a lo que es. ¿Y la gente? En mi opinión, sistemáticamente espectadora de todo esto, o manejando una ceguera de lo que no quiere ver, se siente exonerada de la responsabilidad que le compete, y todavía no se hace cargo de los desechos que genera y la responsabilidad que conlleva. Sólo les puede interesar separar en origen…, si se le deduce de sus impuestos. Pregunto: para ser limpios y hacer lo que corresponde, ¿hay que poner excusas y pedir resarcimiento económico? Es complicado aceptar esto, pero nunca es triste la verdad, lo que sí tiene, en este caso, es remedio.

Esto, que pareciera un enunciado falaz contra los políticos o las industrias, no lo es, porque a nosotros como ciudadanos nos concierne la responsabilidad de hacernos cargo, por mas aciago que sea el panorama. Siempre digo, aunque afecte a la sensibilidad de mas de uno: si la concientización ambiental, o la educación ambiental, es lo que deberíamos haber aprendido en nuestras casas; la respuesta es sí. Todos formamos parte del eterno aprendizaje que es vivir, convivir. Como paradoja, no podemos vivir con la quimera de “encontrar el médico que nos deje fumar”. Los gestores de educación –para mi los principales– somos nosotros mismos, desde nuestros hogares, y somos los propios ciudadanos los que debemos instaurar este tema en la educación que damos a nuestros hijos, con nuestro ejemplo, considerando vehementemente que este es un tema netamente cultural. ¿No lo creen así? Veamos este ejemplo: si no arrojamos los residuos en el piso de nuestra casa, ¿por qué se arrojan en la vía pública? Toda una metáfora que nos pinta cuerpo entero.

Mejor que decir es hacer. Ante la presencia de ciertas acciones, y la falta de otras, no creo en: la verdad absoluta, la crítica sin propuesta o fundamento, el no reconocimiento de nuestros límites, el no pedir ayuda, el no reconocer. Ante ese escenario, señalo tres propuestas básicas que deberíamos considerar:

  1. Sigo insistiendo en establecer acciones comunitarias a todo infractor como medida cautelar. Que al que no respete las reglas, sea cual fuere la infracción, que va desde botar o arrojar residuos en la vía publica, o arrojarlos a un botadero o basurero a cielo abierto, o al río, se le penalice económicamente, y se conmine con “acciones comunitarias” al infractor y al responsable del mismo.
  2. Instaurar Fiscalías Ambientales como objetivo de procurar la protección del ambiente como patrimonio común de la humanidad, a través del ejercicio de acciones penales y civiles, con el fin de establecer las responsabilidades y sanciones que correspondan a particulares, funcionarios públicos y personas jurídicas. Además cumplen con actividades de prevención que contribuyen al desarrollo ecológico, social y económicamente sustentable.
  3. Impulsar desde los gobiernos el medio ambiente como tema transversal de toda una gestión (por su afectación, le compete a educación, medio ambiente, industria, cultura, turismo, salud, etc.) y considerar enfáticamente como destino final de los residuos a: el relleno sanitario, el reciclaje (el reuso, el compostaje, la captación de biogás), el ecodiseño, y poner sobre la mesa de debate a la incineración. Sí, la incineración, porque sigue siendo una palabra prohibida, y debemos entender de una vez por todas que hay nuevas tecnologías que se adaptan a todo control.

Conclusión, ¿cómo decir algo que realmente no sobre? Estos conceptos vertidos en este artículo no deben ser tomado como un mensaje agorero, pero entendamos que no resulta sencillo comprender por qué no se hacen las cosas, o simplemente no termino de convencerme de que la solución que se busca es no buscarla. Si bien no podemos modificar nuestro pasado, construyamos en el presente para que nuestro futuro sea más promisorio. Debemos proponernos el ser una sociedad con futuro, consolidada, con una mejor calidad de vida, sin vacilaciones, pero entendiendo que debemos mejorar muchos aspectos personales, cambiar desde nosotros, o a partir de nosotros. A modo de epílogo: no olvidemos que la gente espera soluciones, pero nosotros somos parte del problema. Por lo tanto, de nosotros dependen parte de las soluciones. Dicho de otro modo, de nosotros depende cómo queremos vivir: ¿en Sociedad…, o en Suciedad?

Foto portada:
dandeluca en Flickr (cc)

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