El nuevo mobiliario urbano ha sido donado a la ciudad por el Banco Santander, que desde hace más de un año ofrece a sus clientes la posibilidad de reciclar sus tarjetas caducadas.

Bancos fabricados con tarjetas bancarias recicladas

El Ayuntamiento de Santander ha comenzado a instalar en diferentes emplazamientos de la ciudad 30 bancos donados por el Banco Santander y fabricados con materiales plásticos reciclados procedentes de los residuos de tarjetas bancarias.

Según explicó la alcaldesa de Santander, Gema Igual, la iniciativa se enmarca en un acuerdo entre el consistorio y la entidad financiera, que pone a disposición de los ciudadanos nuevo mobiliario urbano al tiempo que contribuye a hacer de Santander una ciudad más sostenible.

“Estas actuaciones demuestran la alianza que tiene el Banco Santander con su ciudad, y que se extiende a muchísimos ámbitos como el social, el cultural, el económico, la proyección exterior y, en este caso también, el medioambiental”, subrayó Igual.

Por su parte, Manuel Iturbe, director territorial de Banco Santander en Cantabria y Asturias, explicó que “esta donación forma parte del compromiso que mantenemos con la ciudad de Santander y del objetivo de ser cada día un banco más responsable y reducir nuestro impacto en el medio ambiente, por lo que ver cómo los cántabros forman parte de este esfuerzo, supone para nosotros una gran satisfacción”.

Además, Iturbe agradeció también la colaboración de todos aquellos clientes que, reciclando sus tarjetas bancarias, han hecho posible este proyecto altruista de economía circular.

Según ha explicado, hace más de un año que Banco Santander puso a disposición de sus clientes la posibilidad de entregar sus tarjetas caducadas o deterioradas para someterlas a un proceso de reciclaje y transformación en mobiliario urbano.

El cliente deposita su tarjeta caducada en el cajero automático y unos días después recibe un mensaje que le confirma que ha sido reciclada. Las tarjetas se convierten en materia prima para fabricar este mobiliario, junto con redes marinas recuperadas del fondo del mar, dando una segunda vida al producto. En estos momentos, la entidad está donando los bancos fabricados a distintas ciudades españolas como Santander, Valencia o Málaga, cuyos ayuntamientos son los que deciden las ubicaciones más adecuadas para el mobiliario.

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