El cada vez más evidente impacto de los plásticos sobre la salud humana podría desencadenar una ola de reclamaciones de responsabilidad contra los fabricantes de polímeros y aditivos químicos.

La contaminación por plásticos puede acarrear demandas colosales a la industria petroquímica
Foto de Rebecca Bliklen en Unsplash

Los costes de la contaminación por plásticos para la sociedad, incluyendo la limpieza del medio ambiente, la degradación de los ecosistemas, la reducción de la esperanza de vida y el tratamiento médico, superan los 100.000 millones de dólares al año, según una nueva investigación que arroja luz sobre la creciente crisis mundial de los plásticos. El daño a la salud humana es tan perjudicial como el impacto, más reconocido, de la contaminación por plásticos en el medio ambiente, según muestra la investigación.

Un estudio detallado realizado por la Fundación Minderoo en colaboración con el bufete de abogados Clyde & Co y Praedicat, una consultora de riesgos de responsabilidad civil, muestra que la gama de impactos nocivos del plástico podría desencadenar «demandas de responsabilidad civil potencialmente colosales» contra la industria petroquímica, que fabrica los polímeros y aditivos químicos utilizados en el plástico.

Al igual que las empresas petroleras y de gas están empezando a ser consideradas legal y financieramente responsables del impacto de sus productos en el cambio climático, y las empresas químicas por dañar el medio ambiente y la salud humana (por ejemplo, PFAS, glifosato), se espera que surja una nueva ola de litigios en torno a los plásticos.

El informe concluye que, al igual que las empresas de combustibles fósiles y el impacto climático de sus productos, los productores y distribuidores de plásticos crean las externalidades negativas más extremas para la naturaleza y el ser humano jamás vistas en la historia de la humanidad.

Miles de millones de dólares en reclamaciones

Se espera que las acciones legales se centren en Estados Unidos, donde el estudio prevé que las responsabilidades de las empresas por los litigios sobre plásticos que se desencadenen entre 2022 y 2030 podrían superar los 20.000 millones de dólares. Las reclamaciones futuras, más allá de 2030, podrían de mayor magnitud.

La investigación cuenta con el apoyo de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y concluye que los fabricantes de aditivos químicos utilizados en los plásticos, muchos de los cuales tienen vínculos nocivos bien establecidos con la salud humana, son los más expuestos al riesgo de litigio.

También están expuestos los fabricantes de polímeros plásticos, cuyos productos acaban degradándose en partículas micro y nanoplásticas que persisten en el medio ambiente durante décadas, entrando en la cadena alimentaria humana; y que se están convirtiendo rápidamente en importantes amenazas para la salud pública y el medio ambiente.

Estas empresas han estado protegidas contra las consecuencias financieras por la complejidad de atribuir la contaminación a su origen, pero los métodos científicos y las doctrinas legales están evolucionando, y se espera que las peticiones de responsabilidades por la contaminación del plástico avancen.

El informe considera que la industria de los plásticos, los accionistas, las aseguradoras y los reguladores deben colaborar urgentemente para revelar la magnitud de las exposiciones y las responsabilidades hasta la fecha, con el fin de prevenir nuevos daños y reservar los recursos necesarios para hacer frente a las consecuencias.

El Dr. Andrew Forrest, presidente de la Fundación Minderoo, afirma que «las empresas han contaminado este mundo con miles de millones de toneladas de productos de plástico, y siguen haciéndolo a pesar de saber que muchos contienen sustancias químicas tóxicas que detienen el desarrollo cognitivo, reducen la viabilidad reproductiva y aumentan las enfermedades cardiovasculares y la obesidad».

«Nuestra investigación acelera la creciente lista de riesgos para la salud. Es sólo cuestión de tiempo que los tribunales, los reguladores y los legisladores determinen quién pagará el coste del envenenamiento de nuestro planeta y nuestra gente», añade Forrest.

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