La instalación tendrá capacidad para tratar 40.000 toneladas anuales de residuos no recuperable por otras vías, evitando así su deposición en vertedero.

Greene abrirá una nueva planta de reciclaje químico en Zaragoza
Planta piloto de Greene en Elche. Foto: Joaquín P. Reina / Greene

Greene arranca un nuevo proyecto de valorización de residuos. La empresa se ha unido a Adiego Hermanos para poner en marcha una planta de tratamiento químico de los desechos gestiona esta empresa familiar aragonesa, principalmente residuos industriales y voluminosos. Gracias a la tecnología de Greene, se producirá bioaceite, también conocido como aceite pirolítico, una materia prima secundaria que se utiliza la producción de materiales plásticos sintetizados y ceras sintéticas, entre otros usos, además de otros productos de valor añadido.

La planta, con capacidad para tratar 40.000 toneladas anuales de residuos, se construirá en el Polígono El Pitarco, en Muel (Zaragoza) sobre una parcela de 16.000 metros cuadrados. El proyecto, que supondrá una inversión de 24 millones de euros, ha sido ha sido declarado como expediente de interés autonómico autorizado por el Departamento de Economía del Gobierno de Aragón, dado que aplica las nuevas tecnologías para impulsar la economía circular y supondrá la creación de 25 empleos directos y más de 40 indirectos durante la puesta en marcha del mismo.

En este proyecto se tratarán exclusivamente residuos que no tienen posible tratamiento, denominados rechazo y cuyo destino final actualmente es el vertedero, por lo tanto, es una gran apuesta en materia de economía circular. De hecho, con las 40.000 toneladas de residuos procesados, se obtendrán 10.000 toneladas al año de bioaceite. Este material, que Greene comercializará bajo la marca Agnoil, se utilizará para la producción de poliolefinas circulares, una materia prima con la que se pueden fabricar plásticos ecológicos. Asimismo, la planta generará otros dos subproductos más, carbón activo (también conocido como biochar), que se usa como filtro para olores y limpieza, y agua pirolítica, utilizada por la industria química para producir fungicidas.

Greene espera obtener la licencia ambiental para la puesta en marcha del proyecto durante el presente año, por lo que el objetivo es que la planta esté operativa en el último trimestre de 2025. Según explica el consejero delegado la empresa, Juan José Hernández, “con este nuevo proyecto evitaremos que estos materiales acaben siendo considerados residuos y que terminen depositados en vertedero, así como limitaremos la contaminación de suelos y aguas freáticas, mitigando gases de efecto invernadero”. Además, la planta será autosuficiente en materia energética y el 100% dos productos tendrán como destino final el mercado nacional.

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