Según el estudio de percepción ciudadana sobre economía circular y gestión de residuos en Euskadi, el 31% de la población compra más ropa y calzado de lo necesario, aunque aumenta la concienciación sobre los efectos negativos de los hábitos de consumo en el medio ambiente.
El 95% de la población vasca cree que es imprescindible reducir el nivel de consumo para evitar el deterioro del medio ambiente. Así se extrae de los resultados del estudio de percepción ciudadana sobre economía circular y gestión de residuos, realizado por el Gabinete de Prospección Sociológica de Lehendakaritza del Gobierno Vasco a petición de la sociedad pública Ihobe, y que ha contado con 1.000 entrevistas telefónicas en los tres territorios históricos, entre el 2 y el 6 de octubre de 2023.
Las conclusiones del informe se presentaron ayer en Bilbao por el viceconsejero de Sostenibilidad Ambiental, Aitor Aldasoro, y el director general de Ihobe, Alexander Boto, en vísperas del inicio Semana Europea de la Prevención de Residuos, que se celebra del 18 al 26 de noviembre en los países miembros de la Unión Europea para concienciar sobre la gestión de residuos y el buen uso de los recursos.
El objetivo del estudio era conocer la de opinión y los hábitos de la ciudadanía vasca respecto a la economía circular y la generación y gestión de residuos. Una de las cuestiones que más consenso ha revelado es que el 98% de las personas considera que el medio ambiente es muy o bastante importante para tener una buena calidad de vida, opinión que apenas ha variado desde la anterior medición realizada en el año 2021.
Del estudio se puede concluir que existe una mayor concienciación sobre los efectos negativos de los hábitos de consumo sobre el medio ambiente. Y casi 9 de cada 10 personas en Euskadi creen que sus decisiones de compra pueden hacer que las empresas produzcan de forma más responsable.
El 85% de las personas encuestadas considera que algunos productos se fabrican para que se estropeen en poco tiempo de forma deliberada y así forzar la compra de otro -lo que se conoce como obsolescencia programada-, y el 83% cree que los productos respetuosos con el medio ambiente son más caros. Llama la atención, por el contrario, que casi la mitad de la población encuestada (48%) está muy o bastante de acuerdo con que la ciudadanía hacer poco por el medio ambiente, ya que consideran que son las empresas y los gobiernos los que tienen que actuar.
Más disposición al consumo responsable
Poco a poco se ha ido incrementando el número de personas que estarían dispuestas a pagar algo más por productos mejores para el medio ambiente, ya que, según el estudio, 7 de cada 10 personas encuestadas lo harían frente a las 6 que lo afirmaban en 2020. En concreto, un 14% afirma estar dispuesta a pagar mucho más, y sólo un 12% indica que no estaría dispuesto a pagar más por un producto por este motivo, porcentaje que se ha reducido en 6 puntos desde 2020.
En cuanto al precio y la vida útil o durabilidad de los productos, desde 2020 ha aumentado el porcentaje de personas que prioriza la duración de los productos frente al precio, pasando del 50% al 67% el número de personas que afirma que compra productos más caros pero que duran más tiempo. Solo un 14% afirma comprar productos más baratos, aunque duren menos tiempo.
En cuanto a la adquisición de alimentos, el 57% de la población afirma que en el momento de la compra tiene en cuenta siempre o casi siempre que los productos frescos sean de temporada; el 48% que sean productos locales o del entorno cercano, y el 33% que tengan pocos envases o material de recogida.
En cuanto a la compra de ropa y calzado, el 53% de la población afirma comprar lo necesario; y un 31% admite que más de lo necesario. En relación con el uso que da a este tipo de artículos, el 60% de las personas entrevistadas afirma tener en cuenta siempre o casi siempre que lo que compra sea susceptible de ser utilizado en muchas situaciones diferentes; el 48%, que por su calidad pueda durar muchos años, y el 28%, que el proceso de fabricación respete el medio ambiente.
Respecto a la compra de aparatos electrónicos, el 70% de la población afirma que compra los necesarios, y se tiene en cuenta que los aparatos electrónicos que compran, por su calidad, pueden durar muchos años (62%), consuman poca energía (55%), se puedan reparar cuando se deterioran (49%), puedan reciclarse cuando dejan de funcionar definitivamente (47%) y, por último, que el proceso de fabricación respete el medio ambiente (31%).
Siendo el teléfono móvil uno de los dispositivos más utilizados, casi tres de cada cuatro (74%) afirman comprar uno nuevo solo cuando deja de funcionar y no se puede reparar, un 18% cuando empieza a dar problemas de funcionamiento y un 4% cuando prefiere otro móvil de mejores características.
Sistemas de etiquetaje
En cuanto a los sistemas de clasificación energética de electrodomésticos, vehículos y viviendas para identificar su nivel de consumo y eficiencia, se ha reducido ligeramente el conocimiento de estos sistemas de información ambiental ya que afirman conocerlo el 67% de las personas consultadas, frente al 73% que sí lo conocían en 2020.
Preguntadas las personas que han participado en el estudio sobre la influencia en la compra de productos de un sistema de información que indicara en una etiqueta en qué medida se pueden reparar los productos, el 64% de la población afirma que, seguro que lo tendría en cuenta. Sólo un 5% dice que no lo tendría en cuenta.
Gestión de residuos
El 63% de la población vasca afirma desperdiciar el 5% o menos de los alimentos que compra en casa, un porcentaje que se ha reducido ligeramente desde 2020.
Si se instalara un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) por el que, pagando un poco más por algunos productos, al retornar el envase a la tienda o a un punto de reciclaje le devolvieran el dinero pagado de más, casi nueve de cada diez personas (88%) dicen que estarían dispuestas a utilizar este sistema.
Consultada por la disposición a realizar acciones para lograr un mayor respeto al medio ambiente, la ciudadanía se muestra dispuesta a reducir la cantidad de comida que tira a la basura (el 69% lo ha hecho y el 25% estaría dispuesta), a comprar menos ropa y calzado (61% y 29%), usar menos la calefacción (60% y 25%), usar menos el coche (54% y 28%) y comprar menos productos con mucho envase o material de recogida (53% y 38%). Por contra, hay menos disposición a viajar con menor frecuencia (el 39% lo ha hecho y el 21% estaría dispuesto) y a comprar más productos de segunda mano (27% y 32%).