La creciente demanda de metales exige un replanteamiento de las técnicas de reciclado. El uso de tecnologías eficientes, como la de clasificación basada en sensores, permite altas tasas de recuperación y fracciones limpias de valiosos metales no férricos, como acero inoxidable, cobre, latón, cables eléctricos y placas de circuito impreso.