La Sociedade Galega do Medio Ambiente incrementó en casi un 300% el reciclaje de materiales presentes en el contenedor de la fracción resto durante el primer semestre del año.
En los primeros seis meses del año en curso, Sogama (Sociedade Galega do Medio Ambiente) ha incrementado su contribución al reciclaje de la basura recogida en masa en un 290,51 por ciento. Si en el mismo período de 2013 esta entidad lograba separar 4.814 toneladas de material para remitir a los centros de reciclaje, fundamentalmente aluminio, férrico y acero residual, en 2014 esta cifra subió a las 18.799 toneladas, y ello debido fundamentalmente a la incorporación de la selección del vidrio, que ha representado en el cómputo global un total de 12.635 toneladas (67,21 por ciento), a las que habría que añadir las 6.071 de acero y acero residual, así como las 93 toneladas de aluminio.
Para la separación de estos residuos depositados erróneamente por la ciudadanía en la denominada bolsa negra (contenedor verde convencional), la entidad utiliza procedimientos mecánicos: electroimanes para el acero, corrientes de Foucault para el aluminio y mesas densimétricas para el vidrio.
En enero de 2014 se ponía en marcha por parte del Grupo Daorje –adjudicatario de la recuperación del vidrio seleccionado en el complejo medioambiental de Sogama en Cerceda– una planta de cribado en Areosa, perteneciente igualmente a este municipio coruñés, donde se depura el material; posteriormente se envía a la instalación que la firma tiene en la localidad ourensana de Verín, donde se somete a un nuevo proceso de limpieza y separación por colores, viajando desde allí a las vidrieras para ser convertido en calcín y proceder a la fabricación de nuevos envases, cerrando el ciclo de reciclado.
A pesar de estos buenos datos, la empresa insiste en que para facilitar la recuperación de residuos se debe separar en origen los distintos materiales y depositarlos en los correspondientes contenedores para garantizar su posterior reciclado
Desde Sogama recuerdan la importante fuente de ahorro que supone el reciclaje. Así, con el reciclaje de 1 kg de latas de acero, se ahorra la energía suficiente para mantener encendida una bombilla de 60 W durante dos días; y con el de una sola lata de aluminio, se puede hacer funcionar un televisor durante tres horas.
Respecto al vidrio, por cada tonelada que se recupera se ahorra una tonelada de las materias primas vírgenes que harían falta para fabricar vidrio nuevo. Con el reciclado de cuatro botellas ahorra energía como para que un frigorífico funcione un día completo; y con el de 3.000 botellas, se evita la extracción de 1,2 toneladas de materias primas, minimizando, además, la erosión del suelo.
En este sentido, cabe recordar que de un envase de vidrio se puede extraer otro con idénticas características sin perder un ápice de sus cualidades, una de las grandes ventajas de este material.
Por este motivo, Sogama no ha dudado en incorporar al proceso de reciclado el vidrio contenido en el contenedor convencional de residuos, evitando su acumulación en el vertedero de inertes del complejo medioambiental de Cerceda, tal y como se había venido haciendo desde su puesta en marcha.
Recuperación de otros materiales
Tras este logro, el esfuerzo de la Sociedad se dirige ahora hacia la recuperación de otros materiales contenidos en la basura en masa y que por sus características sean susceptibles de ser reciclados.
No obstante, la empresa insiste en que para facilitar la recuperación de residuos se precisa de la colaboración del conjunto de la ciudadanía, que debe separar en origen los distintos materiales y depositarlos en los correspondientes contenedores para garantizar su posterior reciclado: amarillo para los envases de plástico, las latas y los briks; azul para los de cartón y papel; iglú verde para los envases de vidrio; contenedor específico para pilas; y recipiente convencional para la fracción resto, que Sogama transforma, con todos los requisitos medioambientales y de protección de la salud pública, en energía eléctrica, poniendo en valor un desecho que, de no seguir este camino, estaría condenado a acabar su vida útil en vertedero.
La presencia de vidrio en el residuo genérico no solo dificulta su reciclado, sino que incrementa notablemente el peso de la basura que los concellos envían a Sogama, pagando por tanto más por la misma. Si este vidrio hubiese sido introducido por la población en el iglú verde, los ayuntamientos, no solo reducirían el importe de la factura a pagar a esta entidad pública, sino que recibirían ingresos por parte del Sistema Integrado de Gestión Ecovidrio.