Un estudio encargado por la Agencia de Residuos de Cataluña respalda la viabilidad técnica y legal de implantar en el territorio un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR), que permitiría reciclar el 95% de los envases de bebidas.

El SDDR permitiría reciclar el 95% de los envases de bebidas

El pasado martes tuvo lugar la presentación pública del “Estudio sobre la viabilidad de implantar en Cataluña un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) para los envases de bebidas de un solo uso”, con la presencia de la secretaria de Medio ambiente y Sostenibilidad de la Generalitat, Marta Subirà; el director de la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), Josep Maria Tost, e Ignasi Puig, de ENT.

El estudio, realizado por un consorcio liderado por ENT Medioambiente y Gestión e integrado también por Eunomia Research & Consulting y por el Despacho Jiménez de Parga, contempla la creación de un depósito de 10 céntimos por cada bebida (aguas, zumos, refrescos y cervezas), que se reembolsaría en el momento de devolver el envase. El objetivo principal del estudio es el de evaluar la viabilidad técnica, ambiental y económica de la implantación de un SDDR para los envases de un solo uso en Cataluña.

El informe concluye que la Generalitat podría optar por implantar un sistema obligatorio de SDDR si considerara que es el que mejor responde a la orden de prioridades de la política de residuos. El nuevo sistema, que se complementaría con la actual de recogida selectiva de envases en contenedores, podría contribuir, según la ARC, a la consecución de varios objetivos de política ambiental recogidos en el Programa de Prevención y Gestión de de Residuos y Recursos  de Catalunya 2020 (PRECAT20).

Las principales conclusiones del estudio se detallan a continuación:

  • La aplicación de un SDDR sobre envases de bebidas de un solo uso en el ámbito autonómico catalán es legalmente posible, aunque requeriría adaptaciones, como una definición propia de la obligatoriedad del primer pago del depósito y que debería funcionar sin etiquetado específico obligatorio.
  • El alcance del sistema es uno de los aspectos que más determina su contribución al incremento del reciclaje y la disminución de vertidos de envases al medio ambiente, entre otros impactos.
  • Habría que alentar el uso voluntario de una etiqueta distintiva, por ejemplo mediante unas tarifas de responsabilidad ampliada del productor (RAP) inferiores para los productores que lo utilizaran.
  • La experiencia de otros SDDR demuestra que se obtienen más materiales y de mayor calidad, a la vez que tienen un mayor precio en el mercado del reciclaje.
  • A nivel de costes, tanto en el diseño de tarifas y otras compensaciones como en el balance global, se obtienen resultados comparables con otros SDDR europeos existentes.
  • El sistema no es neutro para los diferentes agentes, dándose una transferencia de costes:
    • De los municipios (que ahorrarían 16,90 millones de euros) a los productores (que incrementarían su contribución en 8,26 millones de Euros).
    • De los contribuyentes a los consumidores (que aportarían 26,44 millones de euros en depósitos no reclamados).
    • El impacto del SDDR sobre el sistema actual de gestión de envases se traduciría en un incremento de los costes unitarios de gestión, por la dificultad de reducir su capacidad y que el SDDR extrae materiales con mayor valor económico. Sin embargo, de acuerdo con la ley estatal de envases, estos costes no deberían repercutir sobre la Administración Pública.
    • Se estiman 41.000 toneladas adicionales de residuos reciclados, aumentando el reciclaje de envases de bebidas del 62,7% hasta 94,9%. En conjunto, se estima que el reciclaje de envases crecería un 16,5%. Todo ello, aumentaría un 3,1% la recogida selectiva global en Cataluña, aumentando 1,2 puntos el porcentaje de recogida selectiva bruta. Por otra parte, el littering (término que se refiere a los residuos abandonados en el entorno) pasaría de 1.280 a 173 toneladas anuales.

El cronograma de implantación del SDDR es extenso y variable, dado que contiene fases de diferente naturaleza (técnica, legislativa, de construcción de infraestructuras, etc.) y complejidad. Si bien se ha estimado un periodo previo de un año y uno posterior al proceso legislativo de 20 meses, esta duración podría verse reducida en función de la configuración del organismo central de gestión.

Satisfacción en las organizaciones ecologistas

«Podemos evitar que en Cataluña cada día 5,5 millones de latas y botellas acaben en un vertedero, en una acera o en el mar», ha afirmado Miquel Roset, director de Retorna, entidad impulsora del SDDR en España. «En tan sólo tres meses, en Cadaqués se demostró que se puede conseguir. Ahora hay que hacerlo en toda Cataluña», ha apuntado Roset en referencia a la prueba piloto del sistema de depósito de envases que la propia Generalitat catalana llevó a cabo en la localidad gerundense en 2013.

Las entidades ecologistas también han recibido con satisfacción los datos de este estudio presentado por la Generalitat. “Amigos de la Tierra celebra la publicación de un estudio objetivo sobre este tema, en el cual se demuestra que los sistemas de depósito incrementan los porcentajes de reciclaje de calidad, reducen el abandono de residuos y ahorran dinero municipal. Además, la implantación de estos sistemas abren la puerta al retorno al comercio de los envases reutilizables”, ha valorado Alodia Pérez, responsable de residuos de Amigos de la Tierra.

En la misma línea se ha posicionado Rosa García, directora de Rezero: “Estamos contentos con la presentación de este estudio que aporta luz a un debate generado ya hace tiempo. El estudio ratifica la viabilidad jurídica, ambiental y económica del sistema en Cataluña, en un contexto en el que cada vez es más evidente el problema del abandono de envases».

Curiosamente, no hace ni un mes que la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático de la Universitat Pompeu Fabra hizo públicas las conclusiones de su estudio Ariadna sobre la implantación de un SDDR en España, y en el que aseguraba que, además de caro, el sistema resultaría perjudicial para el medio ambiente.

Fuentes:
ENT
ARC

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