Ya sea porque se guarden sin usar en el fondo de algún cajón, se desechen incorrectamente en la basura, se roben o se exporten de forma ilegal, millones de residuos electrónicos escapan de los flujos de reciclaje. Un estudio en Reino Unido ha calculado el valor de los preciados materiales que contienen esos aparatos y que actualmente se están perdiendo.
Un nuevo estudio realizado en el Reino Unido ha revelado que, a medida que se dispara la demanda de artículos eléctricos y electrónicos por parte de los consumidores, aumenta el número de estos aparatos que se guardan sin usar en los hogares, se tiran a la basura, se exportan ilegalmente o se roban. El informe asegura que el valor de los materiales contenidos en estos «aparatos eléctricos perdidos» asciende a 927 millones de libras (unos 1.083 millones de euros) y que, si se reciclaran, podrían contribuir de forma significativa a la economía del país.
El informe, elaborado por la organización Material Focus a partir de estudios actualizados de Naciones Unidas (Unitar), constata un fuerte aumento de las exportaciones ilegales de residuos (un problema cada vez más grave en todo el mundo), que alcanzan ya las 187.000 toneladas, y un incremento de los robos (vinculado a la subida de los precios de los metales en los últimos tres años), que alcanzan ya las 156.000 toneladas. Si se reciclaran en el Reino Unido, supondrían un valor de 439 millones de libras (513 millones de euros) para la economía británica.
El informe, que es una actualización de una investigación publicada por primera vez en 2021, utiliza el flujo de datos sobre residuos disponible públicamente para identificar cómo contribuyen las distintas regiones del Reino Unido al total de residuos electrónicos recogidos y reciclados por las autoridades locales.
Algunos de los datos que recoge el estudio dan una idea de la magnitud del problema. Así, en los hogares británicos hay 880 millones de artículos eléctricos y electrónicos no deseados ni utilizados. Esto supone una media de 30 aparatos por hogar (frente a los 20 de hace cuatro años). Además, en 2021 (año de referencia del informe) se tiraron a la basura 103.000 toneladas de residuos electrónicos, mientras que otras 187.000 toneladas se exportaron ilegalmente.
Una oportunidad perdida
Según Scott Butler, director ejecutivo de Material Focus, «parece que nos estamos adentrando en una era de compras hipertecnológicas. La cantidad de aparatos eléctricos que compramos y utilizamos se ha disparado en los últimos años en más de un tercio desde 2019, ya se trate de la última FadTech de cocina, como una freidora de aire, de los aparatos de fitness o de la FastTech (pequeños aparatos eléctricos baratos como miniventiladores, cables de carga, vapeadores o auriculares)».
«Cuando los aparatos eléctricos se rompen o dejan de utilizarse -añade-, demasiados acaban tirándose o se guardan sin usar. Es una gran oportunidad perdida. El valor de los materiales que contienen nuestros aparatos eléctricos ha aumentado hasta un 180% en los últimos 4 años, por lo que nunca ha sido tan importante como ahora no perder ese valor».
«El Reino Unido también tiene que apoyar un sistema normativo y de aplicación de la legislación que esté equipado para acabar con las exportaciones ilegales y los robos», concluye Butler.
Es la segunda vez que Material Focus analiza a dónde van a parar los aparatos eléctricos una vez comprados: si se conservan en los hogares británicos, se reciclan, se tiran, se roban o se exportan ilegalmente. Entre 2017 y 2021 se ha producido una reducción del peso de los aparatos eléctricos desechados, en parte debido a que los productos son cada vez más ligeros y pequeños. Sin embargo, se ha producido un aumento de los aparatos eléctricos que se conservan en los hogares británicos o que se exportan ilegalmente y de los productos que se venden ilegalmente (están entrando en el mercado nuevos productos de fabricantes que no cumplen la normativa británica).
Desde Material Focus insisten en que, para avanzar hacia una economía circular y garantizar un mejor acceso a materias primas esenciales, debe incrementarse de forma significativa el reciclaje de los valiosos materiales contenidos en los residuos eléctricos, impulsando medidas como ofrecer más servicios de recogida en los hogares y en los comercios.