La asociación europea de gestores de residuos advierte de la propuesta de la Eurocámara de cambiar la definición de reciclaje para incluir la producción de combustible, no sólo a partir de residuos.

FEAD, contra el cambio de definición de reciclaje propuesto en el Parlamento Europeo
Planta de reciclaje. Foto: RESIDUOS PROFESIONAL

La comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo publicó a finales de septiembre su proyecto de informe sobre la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se modifica la Directiva 2008/98/CE sobre residuos, conocida comúnmente como Directiva Marco de Residuos (DMR). Esto se produjo después de que el pasado mes de julio la Comisión Europea publicara una propuesta específica de revisión de la DMR para garantizar la sostenibilidad medioambiental de los sectores textil y alimentario.

Estos dos sectores son el primero y el cuarto que más recursos consumen, respectivamente, y aún no se han adherido plenamente a la jerarquía de gestión de residuos de la UE, que exige dar prioridad a la prevención de residuos seguida de la preparación para la reutilización y el reciclado.

La asociación europea de gestores de residuos, FEAD, ya celebró la Estrategia de la UE para Textiles Sostenibles y Circulares publicada en abril de 2022 como parte de un paquete para hacer que los productos sostenibles sean la norma en la UE. Ahora, FEAD apoya firmemente la recogida selectiva obligatoria de residuos textiles a partir de 2025 para estimular el reciclaje, ascender en la jerarquía de residuos textiles y reducir la contaminación cruzada con otros flujos de residuos.

El textil es un flujo de residuos que necesita un tratamiento especial para permitir la clasificación y el reciclaje y que requiere enormes inversiones en capacidades de tratamiento. La consultora McKinsey ha calculado que se necesitarán entre 6.000 y 7.000 millones de euros de inversión de aquí a 2030 para alcanzar el volumen de tratamiento y reciclado de residuos textiles al que aspira la UE. Con este fin, FEAD ha apoyado la creación de sistemas de responsabilidad ampliada del productor (RAP) para los textiles domésticos para incentivar las inversiones necesarias, y que se ha incluido en la propuesta de la Comisión para revisar la Directiva Marco de Residuos. Por ello, considera esencial completar la revisión de la Directiva para garantizar la aplicación de la RAP y estimular una mejor clasificación para la reutilización y el reciclaje en toda la UE.

Sin embargo, el Parlamento Europeo ha aprovechado esta revisión para proponer enmiendas a otras partes de la Directiva no relacionadas con los residuos textiles ni alimentarios. Especialmente polémica es la propuesta de cambiar la definición de reciclaje para incluir la producción de combustible, no sólo a partir de residuos. Esta propuesta es muy poco clara y puede poner en peligro todas las inversiones actualmente en curso en capacidades y tecnologías de reciclaje.

La iniciativa llega al final del actual mandato del Parlamento y la Comisión, con un tiempo muy limitado para alcanzar acuerdos.

Por estas razones, FEAD considera que el alcance de la revisión debe adaptarse al tiempo disponible y advierte contra cualquier cambio en la DMR que vaya más allá de la revisión específica propuesta por la Comisión. Y estima que abrir cualquier debate sobre el conjunto de las disposiciones de la Directiva obstaculizaría la consecución de cualquier acuerdo, corriendo el riesgo de dejar la iniciativa en suspenso hasta que se constituyan la nueva Comisión y el nuevo Parlamento tras las próximas elecciones de junio de 2024.

Claudia Mensi, presidenta de la FEAD, ha declarado al respecto que «Como FEAD estamos plenamente comprometidos a hacer que la economía circular funcione para los textiles, pero si empezamos a examinar otras disposiciones de la Directiva, estamos diluyendo el enfoque que la Comisión ha puesto en los textiles y los residuos de alimentos. No podemos olvidar que estos flujos de residuos han sido elegidos porque representan sectores que consumen muchos recursos y causan externalidades medioambientales negativas significativas, en los que las lagunas financieras y tecnológicas han impedido avanzar hacia la transición a una economía circular y la descarbonización. Trabajemos juntos para avanzar en estos dos sectores y dejemos la revisión más amplia de la DMR para el nuevo mandato tras las elecciones europeas de 2024.»

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