La instalación, que valoriza el 97% de sus residuos y autogenera el 89% de la energía que consume, se suma a los otros seis centros de la cervecera que ya cuentan con esta certificación.
La fábrica de la cervecera Damm de El Prat de Llobregat (Barcelona) valoriza anualmente hasta el 97% de los residuos generados por su actividad productiva, lo que le ha permitido recibir el certificado Residuo Cero que otorga Aenor.
Esta distinción reconoce a las organizaciones que valorizan al menos el 90% de sus fracciones de residuos, dándoles una segunda vida y evitando así que tengan como destino final el vertedero. La gestión organizada de los residuos permite que estos puedan ser reutilizados y/o transformados en materias primas, reintroduciéndolos en la cadena de valor y generando un efecto positivo sobre la conservación de los recursos naturales y los ecosistemas.
La aplicación de un modelo circular es uno de los principales ejes de la política medioambiental de Damm. Así, la fábrica de El Prat de Llobregat se suma a las otras seis plantas de producción de la compañía que ya cuentan con el certificado Residuo Cero de Aenor.
A través de estas actuaciones, Damm ha conseguido que más del 90% de los residuos generados en la producción sean valorizables, apostando por la circularidad de materiales como el vidrio y el aluminio de las latas. Además, el 100% de los envases son reciclables y más del 50% de envases de cerveza son retornables.
Asimismo, se utiliza el residuo final del proceso de filtración de la cerveza como enmienda orgánica natural para los cultivos. Otro ejemplo de reutilización circular es el dióxido de carbono de la fermentación, que se recupera para ser aprovechado nuevamente, y de ese modo hacer que la planta sea autosuficiente en gas carbónico. Además, la materia orgánica de las aguas residuales se transforma en energía que se autoconsume en el propio proceso productivo.
La compañía promueve también la circularidad en la gestión de los subproductos obtenidos a través del proceso de producción. Ejemplo de ello es la reutilización del 100% del bagazo que resulta del proceso de cocción de los cereales durante la elaboración de la cerveza. Este subproducto se suministra a las granjas para la alimentación animal, principalmente para las vacas, con el fin de devolver el cereal a la tierra y así cerrar el círculo. De hecho, este último año se han podido reaprovechar 100.000 toneladas del bagazo generado en la fábrica Estrella Damm. Un proceso similar se realiza también con la levadura extraída del proceso de fermentación, que posteriormente se convierte en alimentación animal.
El resultado de todo ello es que “la compañía ha logrado valorizar casi 26.000 toneladas de residuos durante el último año”, explica Juan Antonio López Abadía, director del Departamento de Optimización Energética y Medio Ambiente de Damm.
Innovación y sostenibilidad
Durante los últimos años, la fábrica de Damm de El Prat de Llobregat ha consolidado su posición como una de las más modernas del sur de Europa, convirtiéndose también en un ejemplo de centro de producción sostenible. Actualmente, además de valorizar el 97% de sus residuos, el 100% de la energía consumida en la planta cuenta con certificado de origen verde y, gracias a la apuesta de la compañía por impulsar un modelo energético que fomenta la autosuficiencia energética, la planta autogenera ya el 89% de la energía que consume.
Damm fue también pionera en el cálculo de la huella hídrica y de agua en todos los centros de producción. La fábrica de El Prat de Llobregat certificó en 2020 su huella hídrica (según la Water Footprint Network) además de la huella de agua (según la ISO 14046:2016). A este logro se sumó este mismo año la consecución de la categoría Platinum de EsAgua por el uso responsable del agua en las operaciones que se realizan en la planta. Además, Damm es también miembro de Comunitat d’Usuaris d’Aigües de la Vall Baixa i Delta del Llobregat (CUADLL), cuyo fin es el de conseguir un aprovechamiento sostenible de las reservas hídricas almacenadas en el acuífero profundo del río Llobregat y potenciar entre las entidades usuarias la implantación de nuevos mecanismos de ahorro y racionalización del uso del agua.