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La campaña ‘Tu comida tiene algo que decirte’ está conformada por una serie de piezas divulgativas para dar a conocer esta problemática a los ciudadanos y ayudarles a disminuir la cantidad de comida que cada día acaba en el cubo de la basura.

Nueva campaña de Sogama contra el desperdicio alimentario

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado el pasado sábado 5 de junio, Sogama, con el apoyo de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda de la Xunta de Galicia, lanzó una nueva campaña que, bajo el lema “Tu comida tiene algo que decirte”, tiene por objeto contribuir a reducir el desperdicio alimentario.

Los datos disponibles evidencian la necesidad de poner freno a un problema que cada vez va a más. Un tercio de los alimentos que se producen en el mundo para el consumo humano se desperdician; este porcentaje se traduce, en el caso de España, en 7,7 millones de toneladas, posicionándose como el séptimo país de la Unión Europea que más comida desecha. El 70% de los españoles asegura comprar más alimentos de los que realmente precisa y el 18% de los adquiridos van directos a la basura sin preparar.

Anualmente son 175 kg de comida desperdiciada por habitante, con el gran coste económico y ambiental que ello supone. De hecho, se precisan 130 litros de agua al día por persona solo para producir la comida que desechamos, con la particularidad de que el coste del desperdicio alimentario del planeta equivale al PIB de Suiza.

Asimismo, reduciendo la cantidad de comida desechada, también se minimizan las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Si bien el desperdicio alimentario tiene lugar en todos los eslabones de la cadena (fase de cosecha, recogida, transporte, comercialización y consumo), lo cierto es que los hogares son los responsables del 42% de la comida desechada.

Con todos los alimentos que se desperdician en Europa, se podría dar de comer a 200 millones de personas. No obstante, y haciendo un análisis más profundo, es preciso tomar conciencia de que, cuando se tira un alimento, también se tira todo el trabajo y gasto, tanto económico como de recursos, que ha supuesto su producción (el esfuerzo de los agricultores, las semillas, el combustible, el agua y la energía, entre otros).

Lo mismo sucede con aquellos productos que se descartan del circuito comercial porque no cumplen con los cánones estéticos predeterminados, es decir, los denominados alimentos “feos”, a pesar de que su calidad y valor nutritivo es exactamente igual que el de los “guapos”.

LOS ALIMENTOS ALZAN LA VOZ PARA QUE SE LES ESCUCHE

“Tu comida tiene algo que decirte” es una campaña que está conformada por una serie de piezas divulgativas a través de las cuales se pretende dar a conocer esta problemática a los ciudadanos, sensibilizarlos para poder atajarla y alentarlos a que articulen los mecanismos necesarios para disminuir la cantidad de comida que cada día acaba en el cubo de la basura.

Con tal fin, se ha dado voz a los propios alimentos a través de la personificación de los mismos, siendo los verdaderos protagonistas de esta iniciativa. Hablan, se manifiestan y defienden sus derechos para ser aprovechados y reutilizados, ya que ninguno quiere ser desechado. Consideran que todos pueden dar lo mejor de sí, por lo que piden que, antes de ser desechados, se les dé otra oportunidad.

Así las cosas, y con la pretensión de que el mensaje llegue a distintos públicos, la campaña está conformada por un vídeo de 1 minuto de duración, 5 microvídeos de 20 segundos, banners y una serie de soportes didácticos a través de diversos formatos: un calendario de alimentos de temporada (frutas, verduras y pescados), consejos para reducir el desperdicio alimentario, guía de buenas prácticas para hacer la compra y conservar los productos, planificación de los menús y compra semanal, tiempos de conservación en el frigorífico y recetarios descargables, entre los que figura el propio de Sogama “Para repañar o prato”, en el que se recogen suculentos menús elaborados íntegramente a partir de sobras de comidas.

ALGUNOS EJEMPLOS DE BUENAS PRÁCTICAS

  • No compres por impulsos. Planifica tu menú semanal antes de ir a la compra y adquiere solo los productos necesarios para prepararlo.
  • Comprueba con frecuencia el contenido del frigorífico y de la despensa. Reorganiza los alimentos para consumir antes los que van a caducar o a estropearse en breve.
  • Identifica y distingue la fecha de caducidad (a partir de la cual el alimento puede suponer un riesgo para nuestra salud) de la fecha de consumo preferente (el alimento pierde cualidades, pero no supone una amenaza).
  • Da preferencia a los productos frescos y de cercanías. Así contribuirás a reducir la huella medioambiental.
  • Las promociones, packs y regalos pueden hacerte comprar artículos innecesarios o cantidades excesivas.
  • Compara el precio por unidad, litro o peso de los productos, no lo que indica la etiqueta.
  • No vayas con hambre a hacer la compra, ya que te puede llevar a tomar decisiones impulsivas y no basadas en tus necesidades.
  • No escojas los productos frescos basándote en su apariencia estética. Selecciona siguiendo el calendario de productos de temporada y su cercanía.
  • Comprar en comercio local garantiza un trato mucho más próximo, el impulso de la economía de nuestro entorno y el consejo personal del profesional en el punto de venta.
  • Ajusta las raciones al número de comensales y, si sobra comida que no vas a poder consumir, repártela entre los invitados.
  • Congela los alimentos antes de que se estropeen y aprovecha los sobrantes para elaborar nuevas recetas.
  • Si vas a un restaurante, pide la comida que sobre para llevarla a casa.
  • Si dispones de huerta o jardín, los restos orgánicos no comestibles pueden transformarse en abono natural con extraordinarias propiedades para el suelo.
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