La biolixiviación es una técnica que emplea bacterias para recuperar metales procedentes de los residuos electrónicos de los teléfonos móviles. Este fenómeno físico, estudiado por científicos catalanes, se podría adaptar fácilmente a otros tipos de desechos electrónicos como televisores, ordenadores y neveras, y evitar que los residuos perjudiquen el entorno.

Bacterias que se alimentan de la chatarra de las placas electrónicas de los teléfonos móviles, para eliminar lo que no sirve y reciclar los metales que se pueden recuperar. Este fenómeno físico, la biolixiviación, es el objeto de estudio por parte de un grupo de investigadores del departamento de Ingeniería Minera, Industrial y TIC de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), ubicado en la Escuela Politécnica Superior de Manresa (EPSEM), y encabezado por Antonio David Dorado, Montserrat Solé y Xavier Gamisans.

La acción de las bacterias puede incrementar en un 30% la cantidad de metal recuperado, permitiendo así recuperar el 99% del residuo

En el proceso, se ponen en contacto desechos electrónicos que contienen metales de interés como el cobre, el oro, el cromo, el zinc, el níquel y el aluminio, entre otros, con bacterias ferrooxidantes para conseguir extraerlos y darle un nuevo uso. En lugar de atacar químicamente los residuos, se aprovecha la capacidad de oxidar que tienen determinados microorganismos regenerando los agentes responsables de la extracción y reduciendo la utilización de reactivos y de altas temperaturas.

Este proceso es menos contaminante y más económico que los que se utilizan en la actualidad y, además, puede ser aplicado cuando las bajas concentraciones de metales hacen que las técnicas convencionales no sean viables.

Según los científicos, para que funcione es necesario controlar las condiciones que afectan a la actividad de los microorganismos, como el pH, la temperatura o las concentraciones de sales. Como resultado del proceso, el metal queda disuelto y, mediante un proceso de separación, se recupera para ser utilizado de nuevo en la construcción de placas electrónicas, entre otras aplicaciones.

Así actúa Acidithiobacillus ferrooxidans

Placas electrónicas
Placas electrónicas utilizadas en la prueba. Fuente: UPC

La especie Acidithiobacillus ferrooxidans, microorganismo que crece en condiciones muy adversas y difícil de encontrar, es la más utilizada y se encuentra en la naturaleza, en espacios como las aguas residuales urbanas de las depuradoras. Los investigadores toman muestras de estos entornos y las tratan en el laboratorio en las condiciones óptimas para que solo sobreviva esta especie y se regenere. Actualmente los científicos también investigan con otros microorganismos y comunidades que están dando buenos resultados en un tiempo razonable.

Los microorganismos permiten extraer del residuo lo que aún se puede aprovechar y que, en caso de no extraerse, podría perjudicar el entorno donde este queda depositado, contaminando el agua y el suelo. Con esta técnica se reduce la necesidad de explotar recursos naturales para obtener la gran cantidad de metales, como el cobre, que requiere actualmente la tecnología electrónica.

Los resultados de la investigación revelan que, en determinadas condiciones, la acción de los microorganismos puede incrementar en un 30% la cantidad de metal recuperado y, de esta manera, se puede recuperar el 99% del residuo. La recuperación del metal procedente del residuo es más rentable que la propia extracción del recurso natural original, ya que en estos desechos la concentración es mayor que en las menas minerales, al tiempo que se gestiona un residuo muy problemático si no se hace un buen tratamiento.

En este punto de la investigación, los expertos están buscando en qué condiciones se puede potenciar el proceso de extracción para que sea viable desde el punto de vista industrial. Además, esta técnica, que se ha empezado a poner en marcha con placas de circuito impreso de móviles, se podría adaptar fácilmente a otros tipos de desechos electrónicos como televisores, ordenadores o neveras, según los científicos.

Fuente: SiNC/Universidad Politécnica de Cataluña

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