El Parlamento Europeo y el Consejo acordaron unos requisitos más estrictos para que las baterías sean más sostenibles, eficaces y duraderas.

La UE acuerda nuevas normas sobre baterías

El pasado viernes, el Parlamento y el Consejo europeos alcanzaron un acuerdo provisional para revisar las normas de la UE sobre baterías y tener en cuenta los avances tecnológicos y los retos del futuro.

Las normas acordadas abarcarán todo el ciclo de vida de las baterías, desde su diseño hasta el final de su vida útil, y se aplicarán a todos los tipos de baterías vendidas en la UE: portátiles, SLI (que suministran energía para el arranque, el alumbrado o el encendido de vehículos), de medios de transporte ligeros (LMT) (que suministran energía para la tracción a vehículos de ruedas como patinetes eléctricos y bicicletas), de vehículos eléctricos (VE) e industriales.

Baterías más fáciles de extraer y sustituir

Los negociadores acordaron unos requisitos más estrictos para que las baterías sean más sostenibles, eficaces y duraderas. Según el acuerdo, la declaración de la huella de carbono y la etiqueta serán obligatorias para las baterías de los vehículos eléctricos, las LMT y las industriales recargables con una capacidad superior a 2 kWh.

Tres años y medio después de la entrada en vigor de la legislación, las baterías portátiles de los aparatos deberán estar diseñadas de forma que los consumidores puedan extraerlas y sustituirlas fácilmente por sí mismos.

Para informar mejor a los consumidores, las baterías llevarán etiquetas y códigos QR con información relativa a su capacidad, rendimiento, durabilidad, composición química, así como el símbolo de «recogida selectiva». Las baterías LMT, las industriales con una capacidad superior a 2 kWh y las de vehículos eléctricos también deberán tener un «pasaporte digital» que incluya información sobre el modelo de batería, así como información específica sobre cada batería y su uso.

Según el acuerdo, todos los agentes económicos que comercialicen baterías en el mercado de la UE, excepto las pymes, deberán desarrollar y aplicar una «política de diligencia debida», acorde con las normas internacionales, para hacer frente a los riesgos sociales y medioambientales relacionados con el abastecimiento, la transformación y el comercio de materias primas y materias primas secundarias.

Otras medidas previstas por el reglamento son:

  • Los objetivos de recogida se fijan en el 45% para 2023, el 63% para 2027 y el 73% para 2030 en el caso de las baterías portátiles, y en el 51% para 2028 y el 61% para 2031 en el caso de las LMT;
  • Los niveles mínimos de cobalto (16%), plomo (85%), litio (6%) y níquel (6%) recuperados de los residuos de fabricación y consumo deben reutilizarse en baterías nuevas;
  • Todos los residuos de baterías LMT, EV, SLI e industriales deben recogerse gratuitamente para los usuarios finales, independientemente de su naturaleza, composición química, estado, marca u origen;
  • Antes del 31 de diciembre de 2030, la Comisión evaluará la conveniencia de eliminar progresivamente el uso de baterías portátiles no recargables de uso general.

El eurodiputado Achille Variati ha afirmado que «por primera vez, tenemos una legislación de economía circular que cubre todo el ciclo de vida de un producto: este enfoque es bueno tanto para el medio ambiente como para la economía. Hemos acordado medidas que benefician enormemente a los consumidores: las baterías funcionarán bien, serán más seguras y más fáciles de retirar.

«Nuestro objetivo general -ha alñadido Variati- es construir una industria de reciclado más fuerte en la UE, especialmente para el litio, y un sector industrial competitivo en su conjunto, que es crucial en las próximas décadas para la transición energética y la autonomía estratégica de nuestro continente. Estas medidas podrían convertirse en una referencia para todo el mercado mundial de baterías».

El Parlamento y el Consejo tendrán que aprobar formalmente el acuerdo antes de que pueda entrar en vigor.

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