European Packaging recuerda que, en los últimos años, la cadena de valor de los envases se ha visto sometida a presiones debido al aumento de requisitos nacionales unilaterales y divergentes en materia de envases.
Más de 120 asociaciones del sector europeo del envase y embalaje han publicado una carta conjunta en la que instan a los colegisladores de la UE a preservar íntegramente la base jurídica del mercado interior del Reglamento de Envases y Residuos de Envases, como la mejor manera de alcanzar los objetivos medioambientales y económicos de la propuesta.
Las entidades firmantes aseguran que la base jurídica del mercado interior sirve para abordar las diferencias entre las diversas normas nacionales sobre la gestión de envases y sus residuos y las consiguientes barreras del mercado interior, proporcionando al mismo tiempo un alto nivel de protección ambiental.
European Packaging recuerda que, en los últimos años, la cadena de valor de los envases se ha visto sometida a presiones debido al aumento de requisitos nacionales unilaterales y divergentes, como prohibiciones de envases, objetivos de reutilización y contenido reciclado y requisitos de etiquetado.
La carta afirma que «un mercado único de la UE sólido es clave para lograr la libre circulación de materiales de envasado y productos envasados». Y añade que «los envases son una parte esencial de la cadena de suministro de un producto, desde la fase de producción hasta la de consumo»
En su misiva, los firmantes defienden que «la cadena de valor de los envases desempeña un papel central a la hora de contribuir a una economía circular y eficiente en el uso de los recursos. Por ejemplo, optimizando el uso de los recursos, minimizando el desperdicio de productos y alimentos y protegiendo los productos a lo largo de toda la cadena de valor».
«Además, garantizar que los residuos de envases se recojan debidamente y se reciclen permite que materias primas valiosas vuelvan a la cadena de valor y se utilicen en todo el mercado único», insisten.
La industria subraya que abandonar la base jurídica del mercado interior agravaría aún más las presiones del sector, al «aumentar la fragmentación del mercado de la Unión y allanar el camino para un mosaico de legislaciones nacionales sobre envases, socavando así el objetivo de crear una economía circular que abarque a todos los Estados miembros».