Un nuevo estudio ha revelado que el secado de la ropa con secadoras de condensación provoca la liberación de cientos de toneladas de microfibras potencialmente nocivas en las vías fluviales y los océanos del Reino Unido y Europa.

Las secadoras de condensación generan cientos de toneladas de microfibras
Una investigadora del equipo de la Universidad de Northumbria examina las microfibras recolectadas en el filtro de pelusas de la secadora

Investigadores de la Universidad de Northumbria, en Reino Unido, junto con científicos del gigante de los bienes de consumo Procter and Gamble, han descubierto que, aunque las secadoras de condensación pueden reducir el volumen de microfibras en el aire en comparación con las secadoras con ventilación, siguen contribuyendo de forma significativa a la contaminación por micropartículas en el agua, con más de 600 toneladas de microfibras vertidas por los desagües domésticos. Los resultados de la investigación se han publicado en la revista científica PLOS ONE.

Ambos tipos de secadora producen contaminación por microfibras. Aunque estudios recientes han sugerido que el cambio de secadoras con ventilación a secadoras de condensación podría reducir la contaminación por microfibras en el aire, hasta ahora se desconocía su impacto en la contaminación en el agua.

Aunque las secadoras de condensación recogen la humedad de la ropa mojada en un recipiente -en lugar de expulsar las microfibras al aire como hacen las secadoras de ventilación-, los investigadores descubrieron que siguen produciendo más de 7.200 toneladas de microfibras al año en el Reino Unido y Europa.

Aunque el 91% de estas micropartículas se recoge en el filtro de pelusas, que muchos consumidores tiran a la basura doméstica, las microfibras restantes -unas 641 toneladas- se recogen en el condensador y se vierten por el desagüe. Esto convierte a las secadoras de condensación en fuentes importantes de contaminación del agua.

Además, algunos fabricantes de electrodomésticos sugieren a los consumidores que limpien los filtros de pelusas bajo el grifo. Si los consumidores siguen esta recomendación, podrían entrar diez veces más toneladas de microfibras en los cursos de agua. Esto significa que el proceso de secado está causando más contaminación por microfibras en el agua que el proceso de lavado.

Para evaluar el impacto medioambiental de las secadoras de condensación, el profesor John Dean, del Departamento de Ciencias Aplicadas de la Universidad de Northumbria, trabajó junto con investigadores de Procter & Gamble para probar cargas de prendas nuevas y limpias, así como ropa sucia. Recogieron y analizaron microfibras de varios componentes de cada tipo de secadora.

«Por primera vez nos hemos centrado en la liberación de microfibras de secadoras con ventilación y condensación utilizando cargas de ropa de consumidores reales», dijo el profesor Dean, experto en ciencia analítica y contaminantes ambientales.

«Se descubrió que la mayor parte de las microfibras liberadas por las secadoras se recogen en el filtro de pelusas, evitando así su liberación al medio ambiente. Sin embargo, si se tiene en cuenta que algunos fabricantes recomiendan lavar regularmente el filtro de pelusas bajo el grifo, se contribuye directamente a aumentar la contaminación por microfibras transportadas por el agua», explica.

«Tras considerar el impacto medioambiental de las prácticas domésticas actuales, se propone un remedio sencillo -continúa Dean-. En lugar de lavar el filtro de pelusas bajo el grifo tras su uso en la secadora, basta con limpiar el filtro a mano, con un cepillo ligero, un paño o una aspiradora, y eliminar las fibras recogidas, como residuo seco, en la basura doméstica. Este procedimiento sencillo y eficaz puede reducir la emisión de microfibras de las secadoras y contribuir a la protección del medio acuático natural mundial».

Si bien se han llevado a cabo numerosas investigaciones sobre las cantidades de microfibras que las lavadoras desprenden por el desagüe, históricamente se sabía menos sobre las que desprenden las secadoras. Sin embargo, en los últimos años, la atención se ha desplazado de la lavadora a la secadora, ya que las fibras también se desprenden de los tejidos durante el proceso de secado.

El equipo insta ahora a la industria de los electrodomésticos, a sus asociaciones comerciales y a los legisladores a reconocer que todos los tipos de secadora pueden contribuir de forma significativa al problema de la contaminación ambiental por microfibras.

Los investigadores afirman que hay que esforzarse por mitigar este problema revisando las instrucciones de uso y mejorando el diseño de los electrodomésticos.

Se espera que los planes actuales de introducir sistemas de filtración de microfibras en las lavadoras reduzcan el impacto ambiental de esa fase del proceso de lavado. Este estudio sugiere que un enfoque similar para las secadoras es el siguiente paso lógico.

El Dr. Neil Lant, investigador de P&G y responsable científico de este estudio, añade: «La contribución de las lavadoras a la contaminación por microfibras acuáticas se ha estudiado ampliamente y la tecnología de filtración se está integrando en estos aparatos para mitigar el problema. Nuestro trabajo reciente en colaboración con la Universidad de Northumbria ha reconocido, por primera vez, que los tipos de secadoras más importantes utilizados en Europa (de condensación y de bomba de calor) también pueden contribuir de forma significativa a la contaminación por microfibras acuáticas, especialmente si los usuarios lavan los filtros de pelusa en un fregadero.

«En el Reino Unido y la UE se realizan más de 7.000 millones de cargas de secadora al año, y las secadoras de condensación generan 7.200 toneladas de microfibras. Podemos evitar que alrededor del 90% de esa cantidad contamine el agua limpiando los filtros de pelusa en los residuos domésticos, pero para tratar el resto tendremos que rediseñar los sistemas de filtración de aire de todos los tipos de secadoras», concluye.

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