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Problemas relacionados con la oferta de materias primas y la perturbación de las cadenas de valor persisten en medio de una nueva ola de infecciones generalizada.

Impacto de la pandemia de la COVID-19 en la industria del reciclaje

El Bureau of International Recycling (BIR) ha emitido una nueva actualización de su serie de informaciones relativas al impacto de la COVID-19 en el sector del reciclaje en distintos países y regiones. Las medidas necesarias adoptadas para contener el virus están teniendo efectos perjudiciales en la economía mundial y el comercio mundial en general, incluida la industria del reciclaje. Se han generalizado los cierres de fronteras y las restricciones a viajes y entradas a diversos países. Las cuestiones relativas a la oferta y la perturbación de las cadenas de valor están creando problemas de producción en todo el mundo, lo que da lugar a cambios en las pautas de la demanda y a una reducción de la productividad.

En Europa, muchos países están registrando un número creciente de infecciones por COVID -en parte como resultado del aumento de las pruebas-, pero todavía son relativamente pocas las hospitalizaciones y muertes en comparación con las registradas a principios de año. Las últimas cifras revelan que los nuevos casos de Coronavirus en el Reino Unido se están duplicando cada semana, lo que ha dado lugar a la reintroducción de restricciones más estrictas, pero no a la vuelta -por el momento, al menos- a un bloqueo total. El gobierno ha anunciado los detalles de un nuevo plan de apoyo al empleo que sustituirá a la iniciativa del permiso cuando termine el 31 de octubre. Sin embargo, los despidos están empezando a verse en todas las industrias , incluyendo el sector del reciclaje, que sigue registrando un volumen de negocio menor.

En Francia, los volúmenes de recogida de chatarra fueron excelentes en las semanas posteriores al cierre, con el apoyo de los altos precios; sin embargo, en la actualidad hay falta de material. Además, se necesitarán meses y probablemente años para que las industrias de consumo clave -como la automotriz y la aeroespacial- vuelvan a funcionar a plena capacidad.

En Alemania, las cifras revelan que hasta mayo de 2020 se habían matriculado 533.000 automóviles menos que en el mismo período del año anterior, y que abril resultó ser el mes de ventas más débil en 38 años; sin embargo, se habla de que la situación volverá a la normalidad en el cuarto trimestre. Mientras tanto, las entradas de pedidos del sector de ingeniería mecánica y de plantas industriales de Alemania cayeron un 16% en términos reales en los primeros siete meses de 2020, mientras que la producción fue un 14% menor que los valores del año pasado en términos reales, lo que repercutió en el comercio de chatarra.

En Hong Kong, las estrictas medidas de distanciamiento social ralentizaron los niveles de actividad durante la mayor parte del tercer trimestre, por lo que el suministro de materiales se vio gravemente perturbado. Es de esperar que la relajación de las restricciones a finales de agosto permita a la industria del reciclaje de metales volver a la normalidad en el cuarto trimestre. La demanda de cobre en la China continental no refleja un exuberante mercado de futuros de materias primas en el extranjero.

La demanda del sector metalúrgico de la India ha sufrido un golpe importante debido a las dificultades operativas y a la escasa demanda resultante de la COVID-19. Se prevé una lenta recuperación hasta el nivel de producción anterior a la pandemia en los próximos trimestres, y se cree que el aumento de las cifras de infección probablemente impulsará una disminución del consumo interno. Los precios de los metales secundarios se recuperaron entre el 5% y el 12% durante agosto y la primera mitad de septiembre debido al aumento de los costos y a la subida de los precios internacionales.

El Gobierno de la India ha puesto en marcha un enorme paquete de estímulos en un intento de reactivar la economía, y se han diseñado cambios de políticas como autorizaciones rápidas de inversión, planes de incentivos, o la adopción de normas de autorización ambiental más liberalizadas para atraer a los inversores.

Entretanto, la industria de los metales secundarios espera con interés los detalles de la nueva política de la India sobre vehículos al final de su vida útil, que se aplicará a todos los vehículos. Una vez que se apruebe esta política, se cree que la India podría surgir como un centro de fabricación de automóviles, ya que el acero, el aluminio y el plástico están destinados a ser reciclados. Los fabricantes de metales secundarios de la India también esperan que se anuncie un nuevo gasto en infraestructura para carreteras, redes ferroviarias, puentes, ciudades inteligentes, etc., todo lo cual impulsaría la demanda de metales secundarios y también de importaciones de chatarra ferrosa y no ferrosa.

En Oriente Medio, el descenso de los precios del petróleo registrado este año ha frenado los programas de inversión en construcción e infraestructura, provocando una disminución no sólo de la demanda de metales sino también de la generación de chatarra. En los Emiratos Árabes Unidos, y tras la relajación de las restricciones relacionadas con la COVID-19, los operadores de chatarra han experimentado un repunte en los niveles de actividad después de un segundo trimestre particularmente lento, pero la escasez de chatarra sigue siendo una cuestión clave para la mayoría de los compradores a pesar de una mejora constante.

Desde el 15 de mayo de este año, el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos aplicó una prohibición de cuatro meses a las exportaciones de toda la chatarra ferrosa en un intento por garantizar materia prima suficiente para que los fabricantes de acero nacionales puedan mantener sus operaciones. Esta prohibición se ha ampliado ahora por otros cuatro meses. La demanda de las fábricas locales es estable y los precios muestran signos positivos. En el lado negativo, sin embargo, los bancos han intensificado su apuesta por minimizar las pérdidas dejando de prestar a las industrias de la chatarra.

En un frente más amplio, el acuerdo de paz firmado el 15 de septiembre entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel es una iniciativa que cambia las reglas del juego y que se espera que traiga mayor prosperidad a la región, beneficiando a varios sectores y atrayendo más inversiones.

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