La industria del reciclaje reclama más conexión entre las legislaciones de residuos y productos químicos

Dada la complejidad de eliminar durante el proceso de reciclaje determinadas sustancias preocupantes presentes en los residuos, EuRIC considera necesario actuar en la etapa de diseño de los productos.

La gestión racional de las sustancias peligrosas en las actividades de gestión y reciclaje de residuos está en el núcleo de la economía circular. Los recicladores han desarrollado innovadoras técnicas de separación para tratar con seguridad una amplia diversidad de corrientes de residuos y recuperar materiales valiosos, contribuyendo así directamente a la economía circular.

En este contexto, la Confederación Europea de Industrias del Reciclaje, EuRIC, ha publicado un folleto sobre gestión racional de los residuos y los productos químicos que destaca las principales cuestiones derivadas de la falta de interconexión entre la legislación sobre químicos, productos y residuos, e identifica soluciones sencillas para impulsar la transición hacia una economía más circular.

Christer Forsgren, presidente del Grupo de Trabajo de Residuos y Productos Químicos del EuRIC, director técnico y Medioambiental de Stena Metall AB (Suecia) y profesor adjunto de Reciclaje de Materiales Industriales de la Universidad Técnica de Chalmers en Gotemburgo, destaca el papel clave que desempeña la industria del reciclaje en Europa al reducir su dependencia de las materias primas y ahorrar cantidades masivas de CO2 y energía.

Forsgren subraya la importancia de mejorar la relación entre la legislación sobre residuos y la de químicos, reduciendo los problemas heredados de la etapa de diseño de los productos, siempre que sea posible, centrándose en los riesgos que plantean las sustancias preocupantes, y haciendo cumplir adecuadamente la legislación europea sobre productos químicos en las fronteras de la UE.

Esta falta de conexión actual entre complejos instrumentos legislativos, según explica el experto, es un importante cuello de botella para hacer que las cadenas de valor sean más circulares, lo que es esencial para que Europa sea el primer continente climaticamente neutral en 2050.