El proyecto MULTIBIOPRO trabaja en el desarrollo de aceites y biomateriales no alimentarios de segunda generación extraídos del álamo y de Nicotiana glauca, plantas que medran en terrenos marginales.

biocombustibles a partir de cultivos no alimentarios
Nicotiana Glauca. Foto: scott.zona en flickr (cc)

La importancia de los biocombustibles en el mix energético aumenta sin cesar, como muestra el incremento del 39% en el volumen de biocombustibles consumidos en la Unión Europea entre 2008 y 2012. No obstante, existen dudas acerca de las repercusiones sobre la sostenibilidad y el impacto ambiental de algunos de ellos, sobre todo por los cambios que pueda provocar en el uso indirecto del suelo. Por ello, existe un interés creciente en las plantas leñosas capaces de crecer en tierra no adecuada para la labranza.

En este sentido, el proyecto europeo MULTIBIOPRO trabaja en el desarrollo de aceites y biomateriales no alimentarios de segunda generación extraídos del álamo y de Nicotiana glauca. Ambas plantas medran en terrenos marginales y podrían cultivarse a gran escala sin que compitieran con cultivos alimentarios.

Iniciado en 2012, el proyecto estudia además compuestos que puedan extraerse de biomasa de desecho para su empleo en industrias como la farmacéutica o la construcción.

Según el Dr. Staffan Persson, del Instituto Max Planck de Fisiología Molecular de las Plantas, coordinador del proyecto, “MULTIBIOPRO quiere que la naturaleza haga todo el trabajo. Queremos disponer de una especie que genere varios productos distintos”.

“En MULTIBIOPRO participan socios académicos e industriales que colaboran estrechamente para aprovechar los compuestos disponibles en nuestras especies y posteriormente vender dichos productos a otras empresas de mayor envergadura que puedan sacarles provecho para el resto de la sociedad”, añade Persson.

Calidad del biodiésel

En el proyecto participa Neutral Group, encargado de cultivar N. glauca en una granja experimental de Dubai. El aceite extraído de esta planta podría sustituir al aceite usado de cocina, la materia prima utilizada ahora por el grupo en su biorrefinería, cercana a sus instalaciones.

Durante este periodo de pruebas, el equipo del proyecto confía en averiguar cuál es la calidad del biodiésel que puede extraerse de esta planta de tabaco y, en concreto, si es capaz de cumplir con los estándares internacionales.

Los socios corporativos del proyecto tienen la mirada puesta en productos alternativos que abastezcan la demanda del mercado. James Hygate, de Green Fuels, indica que “El valor [de los productos] ronda los 300.000 o 400.000 millones de euros. La dimensión del negocio es enorme”.

Otro aspecto importante del proyecto consiste en que está diseñado para abastecer a los institutos de investigación de jóvenes con talento cualificados para lograr que Europa dé con alternativas a los combustibles fósiles de cara al futuro. El proyecto proporciona formación a estos científicos jóvenes y les invita a interactuar con laboratorios y probar técnicas nuevas en toda Europa.

La primera reunión anual de MULTIBIOPRO se celebró el año pasado en el Real Instituto de Tecnología de Suecia (KTH), en Estocolmo. El consorcio también publicó un cortometraje con el que se espera que el público en general obtenga una comprensión más clara de los mecanismos que rigen este proyecto de investigación vanguardista.
En MULTIBIOPRO participan once socios de seis Estados miembros. El proyecto durará hasta principios de 2016.

Fuente:
Cordis

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