Investigadores de la Universidad de Cádiz han encontrado residuos plásticos en el 100% de las zonas muestreadas, con una densidad media de un objeto plástico cada cuatro metros cuadrados.

Según los investigadores, el Mediterráneo tiene uno de los niveles de contaminación por residuos plásticos más altos del mundo
El Mediterráneo representa menos del 1% del área oceánica global, pero tiene valores ecológicos y económicos de gran relevancia a escala global. Foto: Giacomo Carena (cc)

Investigadores de la Universidad de Cádiz han vuelto a poner de manifiesto, a través del artículo titulado ‘Plastic accumulation in the Mediterranean Sea’, publicado en la prestigiosa revista Plos One, la magnitud de la problemática de la contaminación por residuos plásticos en nuestros mares y océanos.

Hace algunos meses, este grupo de investigación adscrito al Campus de Excelencia Internacional del Mar y liderado por el profesor Andrés Cózar, proporcionó el primer mapa global de la abundancia de residuos plásticos en el océano abierto que mostró la existencia de cinco grandes regiones de acumulación de desechos plásticos flotantes en los centros de los océanos Pacífico Norte, Pacífico Sur, Atlántico Norte, Atlántico Sur e Índico.

Las corrientes oceánicas transportan los plásticos flotantes hasta zonas centrales del océano abierto, donde estos materiales se acumulan. Sin embargo, todavía se desconoce el nivel de contaminación por plásticos para extensas áreas del océano, algunas de las cuales podrían albergar otras grandes acumulaciones de plástico aún no catalogadas.

La carga de plásticos en aguas superficiales se estima entre 1.000 y 3.000 toneladas, principalmente como diminutos fragmentos resultantes de la rotura de botellas, bolsas…

Este era el caso del Mar Mediterráneo, un mar semicerrado situado en una región con un uso intensivo de plásticos. A través de este trabajo, el doctor Cózar y su equipo han demostrado que las concentraciones de plásticos a lo largo de la cuenca mediterránea, desde el Estrecho de Gibraltar a Chipre, son comparables a las medidas en los cinco giros oceánicos subtropicales. Es más, “encontramos plásticos en el 100% de los sitios muestreados, con una densidad media de un objeto plástico cada cuatro metros cuadrados”, explica el profesor Cózar.

La carga de plásticos en aguas superficiales se estima entre 1.000 y 3.000 toneladas, “apareciendo principalmente como minúsculos fragmentos resultantes de la rotura de objetos como botellas, bolsas y envoltorios”. Así, la distribución espacial de plásticos en el Mediterráneo es irregular, con acumulaciones de residuos esparcidos a lo largo de la cuenca y, movidas por la acción del viento y las olas.

La acumulación de estos residuos plásticos en el Mar Mediterráneo se relaciona con la alta presencia humana en la cuenca, pero también con su particular patrón de circulación de agua, el cual resulta ser una trampa para estos contaminantes flotantes. La salida del agua ocurre a través de una capa profunda en el Estrecho de Gibraltar, lo que dificulta la salida de residuos flotantes de la cuenca.

Graves efectos

El Mediterráneo representa menos del 1% del área oceánica global, pero tiene valores ecológicos y económicos de gran relevancia a escala global. Abriga a un 10% de las especies marinas, y la pesca y el turismo litoral son importantes fuentes de ingresos para la población mediterránea. “Dada la riqueza biológica y concentración de actividades económicas en el Mediterráneo, los efectos de la contaminación por plásticos en la vida marina y el hombre podrían ser especialmente relevantes en esta región”, asevera Andrés Cózar.

En el Mediterráneo se han encontrados residuos plásticos en los estómagos de peces pequeños, aves marinas, tortugas marinas y cachalotes

“En el Mediterráneo se han encontrados desechos plásticos en los estómagos de peces pequeños, aves marinas, tortugas marinas y cachalotes. En otro estudio, realizado el año pasado por el equipo de Cristina Fossi, de la Universidad de Siena en Italia, se registraron altas concentraciones de ftalatos, contaminantes asociados a los plásticos, en grandes organismos filtradores, tales como el tiburón peregrino y rorcual común”, explica el investigador de la UCA.

Ya se sabía que el Mar Mediterráneo se ha sobrecalentado y sufre la sobrepesca, pero “ahora hay que añadir uno de los niveles de contaminación por plásticos más altos del mundo”.

Muy probablemente la producción de plásticos seguirá aumentando durante los próximos años, “y esto puede llevar a una imagen muy deprimente del Mediterráneo si no se implementan acciones urgentes para evitar la liberación de desechos plásticos al medio ambiente. Cuidar del Mar Mediterráneo es cuidar de nosotros mismos y de nuestras futuras generaciones”, concluye Andrés Cózar.

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