Aunque la transición hacia este nuevo modelo plantea importantes retos, es imprescindible mejorar en la eficiencia en el uso de los recursos para lograr una economía competitiva que genere empleo y un desarrollo sostenible.
La directora general de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural, Guillermina Yanguas, inauguró el pasado jueves el VI Foro sobre gestión de los Residuos Industriales, organizado por la Asociación de Empresas y Gestoras de Residuos y Recursos Especiales, ASEGRE. Allí animó al sector de la gestión de residuos a avanzar hacia la economía circular, en la que nada se despilfarra, y en la que todos los recursos se utilizan eficazmente y se reutilizan.
Yanguas recalcó que la normativa de residuos vigente, la Directiva Marco de Residuos, está en la línea de los objetivos de la economía circular al consolidar el principio de jerarquía en la gestión, como modo de avanzar en el aprovechamiento eficiente de los recursos contenidos en los residuos.
Este enfoque y estos objetivos, según señaló Yanguas, ya se reflejan en nuestro ordenamiento jurídico, nuestra normativa nacional sobre residuos, así como en nuestros instrumentos de planificación, como el Programa Estatal de Prevención y el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos.
Asimismo, destacó que la Comisión Europea está trabajando en la actualización del paquete de economía circular que será propuesto a finales de este año, con el objetivo, entre otros, de transformar Europa en una economía eficiente en recursos, competitiva en todos los ámbitos, incluidos los del empleo y el crecimiento sostenible.
Yanguas reconoció que los retos presentes y futuros van a requerir grandes esfuerzos, la aplicación de nuevas medidas y, sobre todo, el compromiso de todos los implicados, es decir, de las administraciones, las empresas, los agentes sociales y los ciudadanos.
La directora general se refirió, finalmente, a las últimas estimaciones de la Comisión Europea que señalan que la prevención de residuos, la reutilización y el reciclado contribuirán a generar importantes ahorros netos en los costes de las empresas y a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de entre un 2 y un 4%.