Casi la mitad de los NFU recogidos se reciclaron para reutilizar sus materiales, un 41,7% se usó como combustible alternativo en cementeras, mientras que el 11,5% se destino a reutilización y recauchutado.
La correcta gestión de los neumáticos fuera de uso (NFU) es esencial para minimizar su impacto ambiental. En 2023, TNU (Tratamiento Neumáticos Usados) gestionó la recogida de 93.633,87 toneladas de NFU. Desde su fundación, la entidad ha gestionado más de 1.140.205 toneladas de neumáticos en España, logrando ahorros significativos en recursos naturales y reducciones de emisiones contaminantes.
Estos resultados son posibles gracias a una estrategia integral de valorización y transformación de los NFU en nuevos recursos útiles. Así, un 11,5% de los NFU recogidos se ha destinado a reutilización y recauchutado, el uso más ecológico y sostenible de los NFU. En concreto, un 5,64% de los neumáticos fueron reutilizados y un 5,82% recauchutados, extendiendo su vida útil y ahorrando petróleo, energía y agua, lo que disminuye las emisiones de CO₂. Cada neumático recauchutado ahorra 10,5 litros de petróleo y 33 kg de CO₂ frente a la fabricación de uno nuevo.
Por otro lado, un 46,8% se han destinado a valorización material. Los neumáticos fuera de uso se trituran para separar goma, acero y fibras textiles. El caucho reciclado se emplea en la construcción de carreteras seguras, silenciosas y más adherentes, así como en suelos de seguridad para parques infantiles y pavimentos deportivos. El acero reciclado, de alta calidad, se destina a la industria siderúrgica, y las fibras textiles se reutilizan en materiales aislantes para la construcción. Las toneladas de caucho reciclado en 2023 podrían cubrir 11,7 millones de m² de suelos de seguridad en parques infantiles, creando espacios seguros y sostenibles.
Por último, un 41,7% se han usado en procesos de valorización energética. Así, los NFU no reciclables se usan troceados como combustible alternativo en cementeras, sustituyendo a los combustibles fósiles y reduciendo las emisiones de CO₂. Con un poder calorífico de 8.000 kcal/kg, superior al de la antracita, los neumáticos fuera de uso contribuyen a la eficiencia energética, reduciendo hasta un 30% las emisiones de CO₂ por tonelada de clínker. Además, aportan óxido de hierro, componente esencial en la producción de cemento.
Impacto ambiental y ahorro de recursos
Toda esta labor de recuperación material y energética redunda principalmente en una serie de beneficios medioambientales: Se evitaron más de 409 millones de kg de CO₂ -equivalentes a las emisiones anuales de 136.000 coches-; se ahorraron 130 millones de litros de petróleo -disminuyendo la dependencia de combustibles fósiles-, y se preservaron más de 44 millones de m³ de agua, suficiente para abastecer una ciudad de un millón de habitantes durante 1 año.
TNU ha tenido también que adaptarse a nuevos desafíos regulatorios, como la prohibición de microplásticos en césped artificial, y explorar tecnologías avanzadas como la pirólisis para transformar residuos en recursos de alto valor añadido como negro de carbón recuperado, aceite pirolítico y syngas (gas de alto contenido en metano).