Un informa elaborado por IDTechEx Research analiza los avances, desafíos y perspectivas de los sistemas para eliminar microplásticos en industrias y estaciones de tratamiento de aguas residuales.

La contaminación por microplásticos se ha convertido en una de las principales amenazas ambientales del siglo XXI. Estas diminutas partículas —de menos de 5 milímetros de diámetro— se encuentran hoy en los océanos, ríos, suelos e incluso en la cadena alimentaria humana. Su persistencia y capacidad de bioacumulación han despertado una creciente preocupación científica y política, especialmente ante el estancamiento de las negociaciones para lograr un tratado global que limite la contaminación por plásticos.
En este contexto, el informe Microplastics 2025: Regulations, Technologies, and Alternatives, elaborado por IDTechEx Research, analiza los avances más recientes en tecnologías para la captura y eliminación de microplásticos, un campo emergente que combina soluciones físicas, químicas y biológicas.
Los microplásticos no son homogéneos: pueden presentarse como partículas sólidas, fibras o fragmentos irregulares. Entre las principales fuentes de contaminación destacan los pellets o nurdles, pequeñas esferas utilizadas como materia prima en la industria plástica. Según la norma ISO 472:2013, se trata de materiales preformados de entre 2 y 5 mm de diámetro, y representan aproximadamente el 80% del total de materias primas plásticas producidas.
Durante su transporte o manipulación, los pellets pueden perderse fácilmente y acabar en ríos o mares, donde su recuperación resulta prácticamente imposible. Además, muchos organismos los confunden con alimento, agravando su impacto ecológico. Por ello, la instalación de sistemas de captura en plantas industriales y estaciones de tratamiento de aguas residuales resulta esencial para evitar fugas al entorno.
Innovaciones tecnológicas
El informe de IDTechEx identifica tres grandes líneas de desarrollo tecnológico para la eliminación de microplásticos: procesos físicos, químicos y biológicos.
En el ámbito físico, destacan los filtros de medios textiles (Pile Cloth Media Filters, PCMs), empleados tradicionalmente en el tratamiento de aguas residuales. Estos filtros retienen partículas sólidas mediante estructuras tridimensionales de fibras. Su posible adaptación para capturar microplásticos está siendo investigada, aunque la eficacia frente a partículas más pequeñas —como los nanoplásticos— aún no está del todo demostrada.
Una de las innovaciones más prometedoras proviene de la startup española Captoplastic, que utiliza nanopartículas magnéticas de óxido de hierro (Fe₂O₃) para atraer microplásticos y formar agregados que pueden separarse mediante campos magnéticos. Esta tecnología, que obtuvo una inversión de 3 millones de euros en 2024, permite regenerar y reutilizar las partículas magnéticas, aunque plantea retos en cuanto a su recuperación completa y potencial impacto ambiental a gran escala.
Otras empresas, como Enviropod y PolyGone, también están desarrollando sistemas de filtrado avanzados enfocados a la eliminación de microplásticos en distintos entornos industriales.
En paralelo, se investigan procesos químicos basados en adsorbentes, coagulantes u oxidantes, y procesos biológicos que emplean microorganismos o enzimas para degradar plásticos a nivel molecular. Sin embargo, la mayoría de estas iniciativas se encuentra todavía en fase de laboratorio o en pruebas de concepto, sin aplicaciones comerciales consolidadas.
Un campo en construcción
A pesar del progreso, el desarrollo de tecnologías eficaces de separación de microplásticos aún se encuentra en una etapa temprana. Los métodos de tratamiento convencionales —como la filtración por arena o los sistemas de membranas— muestran limitaciones frente a partículas más pequeñas y carecen de estándares analíticos que permitan evaluar de forma homogénea su rendimiento.
El informe de IDTechEx ofrece una panorámica global de las regulaciones existentes y emergentes, identifica las principales fuentes de contaminación y analiza las tendencias de mercado que podrían marcar el futuro del sector. Su conclusión es clara: la solución al problema de los microplásticos requerirá no solo innovación tecnológica, sino también una combinación de políticas, inversión y cooperación internacional para cerrar el ciclo del plástico de manera sostenible.