Desde el inicio de su programa de compostaje doméstico, Sogama ha repartido cerca de 5.000 compostadoras entre distintos sectores de población con el objetivo de promover, in situ, la elaboración, por parte de las viviendas unifamiliares que cuentan con huerto y/o jardín, de un abono natural con el que sustituir a los fertilizantes artificiales y cuyas propiedades nutritivas para el suelo han sido suficientemente acreditadas.

Hay un total de 164 entidades adscritas al programa: 103 ayuntamientos, 52 centros educativos y 9 colectivos sociales.

A día de hoy, el programa de autocompostaje de la Sociedad pública cuenta con un total de 164 entidades adscritas. De éstas, 103 son ayuntamientos de las cuatro provincias gallegas, 52 son centros educativos, tanto de primaria como de secundaria, así como universidades, y 9 son colectivos sociales, entre los que se encuentran asociaciones culturales y vecinales, de lucha contra la drogadicción, de integración de personas con discapacidad e incluso centros penitenciarios.

Este es el caso del Centro Penintenciario de Monterroso (Lugo), que ha visto en el medio ambiente en general, y en el autocompostaje en particular, una fórmula con la que contribuir a la inserción social de los reclusos, habida cuenta de que su interés por la protección del entorno redundará en una mayor sensibilidad hacia todo lo que les rodea, mejorando su comportamiento. El penal tiene operativos varios compostadores cedidos por Sogama en los que viene introduciendo restos de podas y residuos orgánicos procedentes de los comedores, y a partir de los cuales obtiene compost, un abono de natural que luego utilizan en sus huertos ecológicos, en los que ya cosechan frutas, verduras y legumbres. Se trata de una iniciativa que, a juicio del Director de la Escuela de Adultos del centro, Pedro Cantero, se ha integrado plenamente en el programa de formación de los reclusos, siendo un ámbito más del bagaje a adquirir para incorporarse en su momento a un mundo del que han sido apartados temporalmente por diversas circunstancias.

Además, también han recibido, a cargo de educadores al servicio de Sogama, una serie de charlas a través de las cuales se les ha explicado la problemática que a día de hoy representan los residuos, formas de hacerle frente y gestos a desplegar para caminar hacia una gestión más sostenible de los mismos, promoviendo su reducción, pero también su reutilización y reciclado a través de la separación desperdicios en origen y su posterior depósito en los contenedores adecuados.

Compostera de las repartidas por Sogama
Compostadora abierta en donde se ve el proceso de creación del compost. Fotografías: Sogama

PROTOCOLO
Para la implantación del programa de autocompostaje de Sogama por parte de los colectivos destinatarios, éstos deben ceñirse a un protocolo de actuación diseñado por la empresa con el fin de garantizar el correcto desarrollo del mismo.

En el caso de los municipios, y una vez divulgada la iniciativa a través de carteles promocionales, que se apoyan con bandos y otras comunicaciones realizadas por los equipos de gobierno local, son los propios concellos los que se encargan de seleccionar las viviendas participantes, cuyos titulares reciben un curso específico de formación a cargo de técnicos de Sogama, jornada que es aprovechada para repartir las compostadoras designadas. También se dota a los participantes, y a modo de refuerzo, con manuales específicos en los que se explica, de una forma sencilla y asequible, el proceso técnico a seguir, clarificando las dudas más frecuentes y los errores más comunes.

Dada la falta de experiencia que los concellos tienen en esta cuestión, la entidad pública Sogama también les proporciona el asesoramiento externo necesario para garantizar la adecuada ejecución de la experiencia, minimizando con ello el número de incidencias.

El seguimiento del programa recae en el propio personal dependiente de los entes locales, que se encarga de visitar casa por casa para comprobar el trabajo desarrollado, técnica aplicada y dar respuesta a las posibles preguntas planteadas por los usuarios

TODO BENEFICIOS
Los beneficios del autocompostaje son hoy incuestionables. Desde la dimensión ambiental, cabría destacar que, al posibilitar el reciclaje de la materia orgánica en origen, se reduce la frecuencia de recogida y transporte de la basura, circunstancia que contribuye a minimizar las emisiones de CO2; desde la económica, porque al disminuir las cantidades de residuos depositados en los contenedores verdes convencionales, se reduce el importe de la factura a pagar a la Sociedad pública; y desde la social, porque se recupera una práctica tradicional en Galicia como es la separación de los restos orgánicos para alimento del ganado y/o elaboración de compost, sólo que, en el caso de Sogama, se hace de una forma más cómoda, higiénica e innovadora para los hogares, con la particularidad de que se posibilita la reducción de los desplazamientos que el ciudadano debe realizar a los contenedores de recogida selectiva, por lo general distanciados de las viviendas debido a la alta dispersión de la población.

RESULTADOS
La buena disponibilidad del vecindario y el buen trabajo de los ayuntamientos han hecho posible que el programa de compostaje doméstico de Sogama haya cosechado grandes éxitos. Tanto es así, que un análisis científico realizado en su momento por la Universidad de Santiago de Compostela de un número determinado de muestras de compost recogidas en distintas localidades implantadas, ha acreditado su alta calidad, reuniendo éste los requisitos necesarios para ser aplicado en la agricultura sin restricciones, cumpliendo con todos los parámetros contemplados por la normativa vigente.

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