En el marco de la alerta sanitaria por el COVID-19, la Xunta de Galicia ha autorizado a la empresa pública para incinerar en sus instalaciones de Cerceda residuos sanitarios de clase II y clase III.
La conselleira de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda de la Xunta de galicia, Ángeles Vázquez, avanzó ayer que el Complejo Medioambiental de Sogama en Cerceda (A Coruña) iniciará la gestión de hasta cinco toneladas diarias de residuos sanitarios -principalmente mascarillas, guantes y equipos de protección individual que se consideran un residuo no peligroso- procedentes de sectores o actividades con baja probabilidad de exposición.
Vázquez visitó ayer las instalaciones de Sogama en las que se definió un área específica para el pretratamiento, donde se procederá a la trituración y acondicionamiento de los residuos para que puedan ser destruidos en la planta termoeléctrica a temperaturas superiores a 850 ºC, garantizando así la eliminación de posibles patógenos y otros elementos nocivos.
El encargo a Sogama será provisional y excepcional y se llevará a cabo de forma independiente a la gestión de los residuos urbanos. Así, este proceso, además de ser independiente en el aspecto industrial, también lo será desde la dimensión laboral, ya que se evitará el contacto con los operarios que trabajan en las plantas del complejo medioambiental, habilitando zonas diferenciadas de vestuarios, distintos horarios y evitando compartir zonas comunes.
Tal y como explicó la conselleira, los residuos sanitarios que llegarán a Sogama están catalogados como clase II y clase III, presentando muy bajo riesgo de infección; mientras que los de clase IV, es decir, los citotóxicos y citostáticos, y los de clase V (otros residuos peligrosos) seguirán su propio curso desde los centros dependientes del Servicio Gallego de Salud (Sergas) a gestores autorizados.
Con esta medida, la Xunta quiere dar solución a un residuo antes anecdótico y que –a causa de la crisis sanitaria del COVID-19- ahora está presente en la vida de los gallegos, con la infraestructura industrial y la tecnología disponible y adecuada para tratar de forma óptima dichos desechos sanitarios, evitando así el riesgo ambiental y de salud pública añadido que supondría una ineficiente gestión de los mismos.
Esta medida también es un apoyo a las instalaciones encargadas de la gestión de los residuos sanitarios en Galicia, pues en el marco de la actual crisis sanitaria originada por el coronavirus, la producción de este tipo de desechos se ha disparado de forma exponencial en hospitales, ambulatorios, centros de salud y otras dependencias.
En este sentido, el Sergas, siguiendo las instrucciones publicadas por el Ministerio de Sanidad y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, recurrió a Sogama para que esta fracción de residuos reciba la mejor gestión posible. Para ello, la Consellería de Medio Ambiente (a través de la Dirección General de Calidad Ambiental y Cambio Climático) autorizó administrativamente a Sogama para llevar a cabo esta labor, tal y como están realizando también otras plantas de estas características en distintos puntos de España.