Una investigación sobre el estado de las tecnologías de reciclaje químico revela que en los próximos tres años se prevé triplicar su capacidad a nivel global.
Con la industria del plástico cada vez más cerca de cumplir los plazos de los mandatos de contenido reciclado y los compromisos de sostenibilidad, el reciclaje químico ha ganado protagonismo en los últimos años. Esta tecnología -también denominada como reciclaje avanzado- permite valorizar flujos de residuos que antes no se podían recuperar y podría producir reciclados de calidad similar a los vírgenes. Sin embargo, a pesar de la creciente demanda de plásticos reciclados y de mejores tecnologías de reciclado de plásticos, los desarrolladores han tenido hasta la fecha grandes dificultades para comercializarlos.
En un reciente informe de investigación de la consultora Lux Research, con sede en Boston (EE.UU.), se hace un seguimiento de un total de 169 anuncios de ampliación (incluidas plantas piloto o de demostración) en todo el mundo, y se constata que se han anunciado más de 6 millones de toneladas anuales de capacidad de reciclado avanzado, de las cuales 2 millones no tienen un calendario claro o están previstas para después de 2026. Esto supone triplicar la capacidad actual en los próximos tres años.
Las tecnologías consideradas en la investigación son (1) pirólisis (calentamiento de residuos plásticos en un entorno inerte para recuperar un producto de hidrocarburo líquido que actúa como sustituto del crudo o la nafta), (2) solvólisis (solvólisis para despolimerizar PET mediante glicólisis, hidrólisis y metanólisis, así como solvólisis para PU, PA y PC, entre otros plásticos), (3) despolimerización termoquímica (conversión de residuos plásticos en un gas rico en productos químicos o monómeros en los que productos químicos específicos [p. ej., estirenos, BT, etc.] se obtienen a partir de residuos plásticos [p. ej. estirenos, BTX, metanol] y pueden recuperarse directamente sin necesidad de craqueo u otros procesos de conversión posteriores) y (4) disolución (los disolventes disuelven el polímero objetivo, a continuación se filtran los contaminantes y luego se precipita el polímero objetivo).
Según el informe, el periodo comprendido entre 2024 y 2025 va a suponer un punto de inflexión clave para la pirólisis, en el que podríamos alcanza 1 Mt/año de capacidad mundial de pirólisis, un signo de la madurez comercial de la tecnología.
En la UE es posible que se produzca un aumento de los compromisos de ampliación de gran capacidad a medida que empiecen a afianzarse las normativas sobre reciclaje avanzado y balance de masas.
Respecto a la tecnología de disolución, la capacidad anunciada actualmente muestra un escaso crecimiento, pero se prevé que crecerá más rápidamente a medida que los desarrolladores tecnológicos empiecen a identificar aplicaciones adecuadas.
El Dr. Marcian Lee, analista de Lux y responsable del informe, cree que el crecimiento previsto de la capacidad de reciclaje químico es un buen augurio para los desarrolladores de estas tecnologías en general, y las crecientes tendencias de financiación de capital riesgo comparten esta perspectiva optimista.
Aunque todavía hay algunas señales contradictorias en las políticas regionales sobre tecnologías reciclado químico, especialmente la pirólisis, las tendencias normativas generales no son del todo adversas; es probable que quienes adopten tecnologías avanzadas de reciclado puedan seguir operando de forma viable, aunque con algunas limitaciones (por ejemplo, el balance de masas exento de combustibles para la atribución de contenido reciclado [es decir, que el destino de material reciclado químicamente no sea la obtención de combustible]).