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El proyecto de investigación REBIO ha conseguido una solución tecnológica adecuada para el reciclado de los plásticos biodegradables que quedan fuera del flujo de gestión de la fracción orgánica.

Clips fabricados con plásticos biodegradables reciclados

Los plásticos biodegradables son una corriente de plásticos que debe recogerse con la fracción orgánica biodegradable. Sin embargo, a lo largo de su ciclo de vida se generan residuos de estos materiales (tanto durante su transformación a productos como tras el uso de los productos) que no se gestionan adecuadamente y, al final, la gran mayoría acaban perdiéndose. Esta situación hace que en la actualidad estos plásticos biodegradables entren en la cadena de reciclaje de plásticos convencionales, originando un problema en la calidad de estos o terminando como fracción rechazo en el vertedero; en ambos casos, perdiéndose unos recursos clave debido a una incorrecta gestión.

Con el fin de dar una solución tecnológica adecuada al reciclado de los plásticos biodegradables surge el proyecto REBIO, en el que, durante sus tres años de duración, se ha trabajado tanto en la reintroducción de residuos de plásticos biodegradables en el proceso de fabricación de materiales reciclados sin pérdida de sus propiedades, como en la identificación y separación del material biodegradable en las plantas de reciclado de plástico y en el estudio del proceso de tratamiento para adecuarlo a las particularidades de esta nueva corriente de material.

El centro tecnológico Gaiker, una de las organizaciones que ha participado en la investigación, se ha encargado de estudiar el comportamiento de los polímeros biodegradables cuando se ven sometidos a un proceso de reciclado mecánico en las condiciones de tratamiento convencional (en una planta de reciclado de plástico posconsumo, mayoritariamente polietileno). Para ello, se han utilizado muestras reales de plástico biodegradable de origen preconsumo (rechazos de la producción industrial) y posconsumo (residuos de la fracción resto), para determinar la proporción máxima de impurezas de bioplástico que puede admitir el proceso de reciclado sin comprometer la calidad del producto final.

Asimismo, se ha examinado el comportamiento de los bioplásticos cuando se someten a ciclos de reciclado sucesivos para comprobar si sufren degradación y cambio en sus propiedades.

Y, por último, se ha comparado el comportamiento de los filmes plásticos biodegradables frente a los filmes plásticos convencionales durante el proceso de reciclado mecánico, para determinar los cambios necesarios a realizar para asegurar que el proceso sea viable técnica, económica y ambientalmente, y que se obtenga un material plástico biodegradable reciclado que pueda ser empleado en la fabricación de nuevos productos.

Nuevos productos con bioplásticos reciclados

El proyecto REBIO ha finalizado con importantes resultados. Entre ellos cabe destacar el diseño y fabricación de productos realizados con los plásticos biodegradables reciclados utilizados durante la investigación: bolsas de plástico biodegradable con un contenido en bioplástico reciclado de hasta un 30%, clips para cultivo agrícola con un contenido en bioplástico reciclado del 15%, además de un prototipo de clip de papelería fabricado 100% en bioplástico reciclado.

Financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad dentro del programa de ayudas Retos-Colaboración, este proyecto se ha desarrollado con un consorcio compuesto por dos empresas y dos centros tecnológicos, lo que ha permitido cubrir toda la cadena de valor: Inserplasa, líder del proyecto, empresa recicladora y fabricante por inyección de cajas de plástico; Plásticos Romero, fabricante de bolsas por extrusión soplado; Gaiker, centro tecnológico experto en tecnologías de reciclado de plásticos, y Aimplas, centro tecnológico experto en tecnologías de transformación de plásticos.

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