El documento establece unos niveles mínimos de recuperación de cobalto, plomo, litio y níquel de los residuos para su reutilización en nuevas baterías.

Aprobadas en el PE las nuevas normas sobre baterías y sus residuos
El proyecto propone la introducción de una nueva categoría de baterías para ‘medios de transporte ligeros’, como patinetes y bicicletas eléctricas

Tras el debate del pasado miércoles, en el que los eurodiputados subrayaron el papel crucial que tienen las baterías en la transición hacia una economía circular y climáticamente neutra y para la competitividad y la autonomía estratégica de la UE, ayer se aprobó el proyecto legislativo sobre baterías y sus residuos.

Los eurodiputados están a favor de revisar la legislación actual para tener en cuenta los avances tecnológicos. Proponen requisitos más estrictos en materia de sostenibilidad, rendimiento y etiquetado, incluyendo la introducción de una nueva categoría de «baterías para ‘medios de transporte ligeros’ (MTL)», como patinetes y bicicletas eléctricas, y normas sobre una declaración y etiqueta de la huella de carbono.

Para 2024, las baterías portátiles de los aparatos, como los smartphones, y las baterías para MTL deberán estar diseñadas de forma que los consumidores y los operadores independientes puedan retirarlas por sí mismos de forma fácil y segura.

El informe también establece unos niveles mínimos de recuperación de cobalto, plomo, litio y níquel de los residuos para su reutilización en nuevas baterías y unos objetivos de recogida más estrictos para las baterías portátiles.

Además, la industria deberá garantizar que la cadena de valor de las baterías cumple plenamente con las obligaciones en materia de derechos humanos y diligencia debida, abordando así los riesgos en torno al abastecimiento, el procesamiento y el comercio de las materias primas, que a menudo se concentran en uno o unos pocos países.

La eurodiputada italiana Simona Bonafè, explicó que «por primera vez en la legislación europea, el Reglamento sobre baterías establece un conjunto de normas holísticas para regular todo el ciclo de vida del producto, desde la fase de diseño hasta el final de su vida útil. Esto crea un nuevo enfoque para impulsar la circularidad de las baterías e introduce nuevas normas de sostenibilidad que deberían convertirse en una referencia para todo el mercado mundial de las baterías. Las baterías son una tecnología clave para fomentar la movilidad sostenible y para almacenar energía renovable. Para alcanzar los objetivos del Green Deal y atraer inversiones, los colegisladores deben adoptar rápidamente normas y plazos claros y ambiciosos».

Satisfacción entre los gestores de residuos

La asociación europea de gestores de residuos FEAD ha celebrado la confirmación de que se mantendrán sin cambios los objetivos de contenido reciclado obligatorio para el litio, el cobalto, el níquel y el plomo. Algo que será decisivo «para crear una fuerte demanda de reciclados y para desencadenar las enormes inversiones necesarias para las nuevas tecnologías e infraestructuras de reciclaje», según un comunicado de la organización.

La FEAD considera que de esta forma los usuarios de reciclados en el sector manufacturero se beneficiarán de «unas capacidades de suministro seguras y a largo plazo, lo que evitará posibles situaciones de escasez debido a la dependencia europea de terceros países en cuanto a materias primas». Al diversificar el suministro a partir de fuentes primarias y secundarias, mejorando la eficiencia de los recursos, los contenidos reciclados obligatorios se han convertido en algo esencial para una economía circular.

Otro aspecto que la FEAD valora en la votación del Parlamento Europeo es el aumento de los objetivos de recogida en comparación con la propuesta inicial. Esto es importante para que se disponga de suficientes toneladas de material para suministrar los contenidos reciclados obligatorios.

El Parlamento Europeo también pide que la metodología para el cálculo y la verificación del volumen de materiales recuperados de los residuos se finalice a finales de 2023, en lugar de a finales de 2025. La FEAD acoge con satisfacción este plazo reducido, ya que esta metodología «será el paso inicial para empezar a planificar y calcular el número de inversiones necesarias en instalaciones de reciclaje».

Por contra, respecto al aumento de los objetivos de recuperación de materiales (en el caso del litio, del 35% al 70% en 2026, y del 70% al 90% en 2030), la FEAD cree que no son realistas, ya que no se dispone actualmente de tecnologías para lograr tales rendimientos.

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