La nueva normativa establece obligaciones para los fabricantes con el objetivo de reducir el derroche de recursos e impulsar el sector de la reparación haciéndola más fácil y económica.

Aprobada la directiva sobre el derecho a reparar
El derecho a reparar se consagra en la legislación europea. Foto: Lennart Preiss / © Unión Europea 2020 – Fuente : EP

El Parlamento Europeo aprobó ayer la directiva sobre el llamado «derecho a reparar» de los consumidores. La normativa aclara las obligaciones de los fabricantes de reparar los los productos que ponen en el mercado y anima a los consumidores a prolongar el ciclo de vida de un producto mediante la reparación.

Las nuevas normas garantizan que los fabricantes presten servicios de reparación oportunos y rentables e informen a los consumidores sobre sus derechos a la reparación. Los bienes reparados bajo garantía se beneficiarán de una prórroga adicional de un año de la garantía legal, lo que incentivará aún más a los consumidores a optar por la reparación en lugar de la sustitución.

Una vez expirada la garantía legal, el fabricante seguirá estando obligado a reparar los productos domésticos comunes, técnicamente reparables según la legislación de la UE, como lavadoras, aspiradoras e incluso teléfonos inteligentes. La lista de categorías de productos puede ampliarse en el futuro. Los consumidores también pueden tomar prestado un aparato mientras se repara el suyo o, si no se puede reparar, optar por una unidad reacondicionada como alternativa.

Se puede ofrecer a los consumidores un formulario europeo de información que les ayude a evaluar y comparar los servicios de reparación (detallando la naturaleza del defecto, el precio y la duración de la reparación). Para facilitar el proceso de reparación, se creará una plataforma europea en línea con secciones nacionales para ayudar a los consumidores a encontrar fácilmente talleres de reparación locales, vendedores de artículos reacondicionados, compradores de artículos defectuosos o iniciativas de reparación dirigidas por la comunidad, como los denominados repair cafes.

Revitalizar el mercado de la reparación

Las normas pretenden reforzar el mercado de la reparación de la UE y reducir los costes de reparación para los consumidores. Los fabricantes tendrán que proporcionar piezas de recambio y herramientas a un precio razonable y tendrán prohibido utilizar cláusulas contractuales o técnicas de hardware o software que obstaculicen las reparaciones. En concreto, no podrán impedir el uso de piezas de recambio de segunda mano o impresas en 3D por parte de reparadores independientes, ni negarse a reparar un producto únicamente por motivos económicos o por haber sido reparado previamente por otra persona.

Para que las reparaciones sean más asequibles, cada Estado miembro tendrá que aplicar al menos una medida de fomento de la reparación, como vales y fondos de reparación, realización de campañas informativas, oferta de cursos de reparación o apoyo a espacios de reparación dirigidos por la comunidad.

El eurodiputado alemán René Repasi, afirmó que «el derecho de los consumidores a reparar sus productos será ahora una realidad. Será más fácil y barato reparar en lugar de comprar artículos nuevos y caros. Se trata de un logro significativo para el Parlamento y su compromiso de empoderar a los consumidores en la lucha contra el cambio climático. La nueva legislación amplía en 12 meses las garantías legales cuando se opta por la reparación, da un mejor acceso a las piezas de recambio y garantiza una reparación más fácil, barata y rápida».

Una vez que la Directiva sea aprobada formalmente por el Consejo y publicada en el Diario Oficial de la UE, los Estados miembros dispondrán de 24 meses para transponerla a su legislación nacional.

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