Cristina Ganapini

Coordinadora de Right to Repair EU

La posibilidad de extraer y sustituir las baterías dará más poder a los consumidores, ahorrará recursos e impulsará la economía de la reparación en la UE.

La nueva directiva establece la reparabilidad y sustitución de las baterías

Las instituciones de la UE han acordado una nueva directiva sobre baterías más sostenibles y hemos podido ver el texto aprobado, aunque aún no se ha publicado. El texto completo incluye cambios sustanciales en las formas en que las baterías tendrán que ser fabricadas, mantenidas y eliminadas. La directiva abarcará las baterías portátiles y las de los medios de transporte ligeros. Nuestros comentarios se centran en los aspectos de reemplazabilidad y reparabilidad de las baterías.

Celebramos los avances en la disponibilidad y el software de las baterías

Con esta nueva normativa, todos los productos nuevos que salgan al mercado tendrán que disponer de baterías sustituibles: en muchos casos, los usuarios tendrán que poder cambiarlas ellos mismos. Además, las baterías estarán disponibles como piezas de recambio durante los 5 años siguientes a la comercialización de la última unidad del modelo. Aunque se trata de un paso muy importante, queda por ver si se venderán a un precio razonable para los operadores independientes y los usuarios finales. Hasta ahora, la legislación de la UE sigue sin abordar la asequibilidad de la reparación.

También celebramos la prohibición de la práctica desleal del «part-pairing», un truco de software que dificulta la sustitución de piezas, prohibida en el mercado de la UE, al menos para las baterías. Según la nueva directiva de la UE, no se podrán utilizar programas informáticos para impedir la sustitución de una batería portátil, incluso en medios de transporte ligeros, o de sus componentes clave por otra batería o componentes clave compatibles. Esto es algo que la campaña Right to Repair (Derecho a Reparar) lleva mucho tiempo pidiendo y esperamos ver muy pronto este nivel de ambición también para otras piezas de recambio.

Lamentamos los largos retrasos y las excepciones

La entrada en vigor de los requisitos para la extracción de las baterías se producirá 42 meses después de la entrada en vigor de toda la directiva. Es decir, no antes de mediados de 2026 o incluso de 2027, técnicamente dentro de 4 años. Además, por supuesto, esto sólo se aplicará a los nuevos modelos que salgan al mercado para entonces, por lo que no afectará a ningún producto que ya tengamos. Es una pena, ya que en anteriores borradores el retraso era de 24 meses, un año y medio menos.

También deploramos las exenciones para productos utilizados en condiciones de humedad: la directiva no exigirá diseños con baterías sustituibles por el usuario para dispositivos como los cepillos de dientes eléctricos, y potencialmente también para los wearables. Esta exención se basa en argumentos de seguridad infundados, ya que hay muchos productos en el mercado que funcionan en condiciones de humedad con pilas fáciles de sustituir, como cepillos de dientes, maquinillas de afeitar, bicicletas eléctricas, herramientas eléctricas o linternas subacuáticas.

Sin embargo, es importante señalar que, incluso en el caso de los productos afectados por estas exenciones, las baterías deberán poder ser sustituidas por reparadores profesionales independientes. Esto significa que se acabaron los diseños de productos con baterías incrustadas hasta el punto de hacer imposible su extracción.

En el caso de los medios de transporte ligeros, las baterías sólo tendrán que ser extraíbles por profesionales independientes (y no por los usuarios finales), pero los requisitos incluyen las celdas de la batería, lo que significa que las baterías también pasarán a ser reparables. Existe la posibilidad de nuevas excepciones en futuros actos delegados. Nuestra campaña seguirá atenta a las reacciones de la industria y luchará por nuestro derecho a reparar.

¿Por qué debemos preocuparnos por la posibilidad de extraer y sustituir las baterías?

La respuesta breve es: para dar más poder a los consumidores, ahorrar recursos e impulsar la economía de la reparación en la UE. Teniendo en cuenta que el 42% de las reparaciones de teléfonos inteligentes son sustituciones de baterías, es fácil entender por qué las baterías tienen un gran impacto ambiental. Las recientes tendencias de incrustar baterías en los productos han dado lugar a menudo a baterías imposibles de extraer. Es evidente que esto aumenta el gasto y los residuos.

Por ejemplo, garantizar que todos los teléfonos y tabletas nuevos que se vendan en la UE en 2030 tengan baterías fácilmente extraíbles y reemplazables tiene el potencial de:

  • Reducir las emisiones anuales de gases de efecto invernadero (GEI) de los dispositivos en un 30% en comparación con la situación actual. Durante la vida media de estos dispositivos, la reducción de emisiones equivaldría a suministrar electricidad a 1,4 millones de hogares de la UE durante un año.
  • Disminuir el gasto total de los consumidores en 19.800 millones de euros como resultado de reducir la sustitución innecesaria de dispositivos en 39 millones de unidades en 2030.
  • Reducir las pérdidas de materias primas críticas como el cobalto, los elementos de tierras raras y el indio.

Fuente:
Right to Repair

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