Una nueva técnica de plasma desarrollada por investigadores de la Universidad de Sydney podría ayudar a crear una economía circular para las emisiones de metano generadas por los residuos en descomposición.
Investigadores de la Universidad de Sídney, en Australia, han desarrollado un proceso químico por plasma que podría crear combustible sostenible para aviones a partir del gas metano emitido por los vertederos, lo que podría dar lugar a una industria aeronáutica con bajas emisiones de carbono.
El metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono (CO2). Según la Agencia Internacional de la Energía, la concentración de metano en la atmósfera es actualmente unas dos veces y media superior a los niveles preindustriales y aumenta sin cesar, siendo las emisiones de residuos y la quema de combustibles fósiles responsables de una proporción significativa.
La investigación se ha publicado recientemente en el Journal of the American Chemical Society. Su autor principal, el profesor PJ Cullen, de la Facultad de Ingeniería Química y Biomolecular de la Universidad de Sídney y miembro de la iniciativa Net Zero, afirma que «en todo el mundo, los vertederos son uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, principalmente una mezcla de CO2 y metano. Hemos desarrollado un proceso que tomaría estos gases y los convertiría en combustibles, dirigido a sectores difíciles de electrificar, como la aviación».
«Las instalaciones modernas de vertederos ya capturan, mejoran y queman sus emisiones de gases para generar electricidad, sin embargo, nuestro proceso crea un producto mucho más impactante para el medio ambiente y comercialmente valioso», añade Cullen.
Las emisiones mundiales de los vertederos se estiman entre 10 y 20 millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año, un valor comparable a las emisiones del sector energético mundial.
En la actualidad, la aviación representa aproximadamente el tres por ciento de las emisiones mundiales. La creación de un combustible de «circuito cerrado» basado en las emisiones existentes eliminaría la necesidad de combustibles tradicionales y sostenibles para aviones, que añaden más emisiones a la atmósfera.
El proceso del plasma
El proceso funcionaría extrayendo metano de un vertedero, lo que se conoce como pozo de metano, que utiliza un mecanismo similar a un pozo para extraer los gases.
«Lo bueno de esto es que este sencillo proceso captura casi la composición exacta que necesitamos para nuestro proceso», explica el profesor Cullen.
«El plasma no térmico es una tecnología impulsada por electricidad que puede excitar el gas tanto a baja temperatura como a presión atmosférica. Esencialmente, lo que esto significa es que este enfoque facilita la conversión del gas en productos de valor añadido induciendo la descarga de plasma dentro de las burbujas de gas en formación. El proceso no requiere calor ni presión, lo que significa que necesita menos energía, por lo que es muy compatible con las fuentes de energía renovables», concluye.