La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) publica su informe quinquenal sobre el estado y perspectivas ambientales de Europa. Destaca cierta mejora en la gestión de residuos, con descensos en la generación y en el uso de vertederos, y una tasa media de reciclaje del 29%; pero estamos aún lejos de la sostenibilidad y las actuales políticas medioambientales son insuficientes para alcanzar el objetivo para 2050 de vivir respetando los límites del planeta.

Europa está aún muyu lejos de su objetivo de sostenibilidad para 2050
Vista exterior de la sede de la Agencia Europea de Medio Ambiente

Las políticas europeas en materia de ambiental y climática han generado beneficios sustanciales, mejorando la calidad de vida y del medio ambiente, y al mismo tiempo, han aportado innovación, creación de empleo y crecimiento. Pero a pesar de estas mejoras, Europa todavía se enfrenta a continuos y crecientes desafíos medioambientales. Para abordarlos, serán necesarios cambios fundamentales en los sistemas de producción y consumo, que son la causa principal de los problemas relacionados con el medio ambiente.

Estos son algunos de los mensajes clave del informe de evaluación que cada cinco años realiza la Agencia Europea de Medio Ambiente, “El medio ambiente en Europa: Estado y perspectivas 2015” (SOER 2015), y que se ha publicado esta semana. SOER 2015 es un informe integral sobre el medio ambiente en Europa que también incluye evaluaciones y datos de ámbito global, regional y nacional, así como comparaciones entre distintos países.

Potencial para innovar

En Europa se disfruta hoy de un aire y un agua más limpios, no se depositan tantos residuos en los vertederos y se reciclan y aprovechan más recursos. No obstante, Europa está todavía muy lejos de lograr el objetivo de 2050 de «vivir bien, respetando los límites de nuestro planeta», como establece el Séptimo Programa de Acción en materia de Medio Ambiente. Aunque utilizamos los recursos de una forma más eficiente, seguimos mermando los recursos básicos de los que dependemos en Europa y el resto del mundo. Algunos problemas como la pérdida de biodiversidad y el cambio climático siguen suponiendo importantes amenazas.

Las tasas de reciclaje aumentaron en 21 países entre 2004 y 2012, mientras que las tasas de depósito en vertederos descendieron en 27 de los 31 países de los que hay datos

Según Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA: “Nuestro análisis muestra que a lo largo de estos años las políticas europeas han abordado con éxito muchos desafíos medioambientales. Pero también que continuamos dañando los sistemas naturales que sustentan nuestro bienestar. Y aunque vivir respetando los límites de nuestro planeta supone un gran reto, los beneficios que se desprenderán de ello serán enormes. Si utilizamos todo el potencial de Europa para innovar, podemos llegar a ser verdaderamente sostenibles y ponernos a la cabeza en materia de ciencia y tecnología, mediante la creación de nuevas industrias y de una sociedad más sana”.

SOER 2015 destaca la necesidad de políticas más ambiciosas para alcanzar la visión de Europa para 2050. También recalca la necesidad de nuevas perspectivas que respondan al carácter sistémico de muchos de los problemas medioambientales. Como ejemplo, las presiones externas, entre las que se incluyen las megatendencias mundiales, pueden contrarrestar algunas políticas específicas y esfuerzos de gestión medioambiental local.

Asimismo, muchos de los desafíos medioambientales están estrechamente ligados a sistemas de producción y consumo que suponen numerosos puestos de trabajo y sustentan a muchas personas, por lo que los cambios en estos sistemas generan diversos costes y beneficios. De igual modo, las mejoras en la eficiencia suelen quedar invalidadas a causa del aumento en el consumo.

El informe concluye que, a pesar de que la aplicación de todas las políticas existentes va a ser esencial, ni las políticas medioambientales que están en vigor actualmente ni el aumento de la eficiencia impulsado por la economía y la tecnología serán suficientes para alcanzar la visión de Europa para 2050.

Transformar los sistemas clave

La industria medioambiental europea es uno de los pocos sectores de actividad que ha crecido en términos de ingresos y puestos de trabajo desde la crisis financiera de 2008

Para abordar los complejos desafíos a los que se enfrenta Europa serán indispensables políticas más ambiciosas, un mayor conocimiento e inversiones más inteligentes, con el fin esencial de transformar sistemas clave como la alimentación, la energía, la vivienda, el transporte, la economía, la salud y la educación. Serán necesarias estrategias y perspectivas cuyo propósito sea mitigar las presiones y evitar daños potenciales, restaurar ecosistemas, corregir desigualdades socioeconómicas y adaptar las tendencias globales, como el cambio climático y el agotamiento de los recursos.

Según Bruyninckx: “Nos quedan 35 años para asegurarnos de que en 2050 viviremos en un planeta sostenible. Puede que parezca un futuro lejano pero, si queremos lograr nuestro objetivo, hemos de actuar ya. Necesitamos que nuestras acciones e inversiones sean aún más ambiciosas y coherentes. Muchas de las decisiones que se tomen hoy determinarán nuestras vidas en 2050”.

SOER 2015: hechos y tendencias destacados

Eficiencia de los recursos

  • El consumo interno de los recursos fue de 16,7 toneladas por persona en 2007, descendiendo hasta las 13,7 toneladas en 2012, debido en parte al desplome de la industria de la construcción en algunos países.
  • La gestión de residuos ha mejorado en los últimos años, con menos residuos generados y menos residuos depositados en vertederos. Las tasas de reciclaje aumentaron en 21 países entre 2004 y 2012, mientras que las tasas de depósito en vertederos descendieron en 27 de los 31 países (para los que se cuenta con datos disponibles). Los países de la AEMA alcanzaron una tasa de reciclaje media del 29% en 2012, en comparación con el 22% de 2004.
  • Las emisiones de gases de efecto invernadero han descendido un 19% desde 1990 a pesar de que ha habido un aumento del 45% en la producción económica. El uso de combustibles fósiles se ha reducido, al igual que las emisiones de algunos contaminantes provenientes del transporte y la industria.
  • La crisis financiera de 2008 y las subsiguientes dificultades económicas también han contribuido a reducir algunas presiones medioambientales. Queda por ver si estas mejoras se mantendrán.
  • Las políticas acordadas actualmente no bastan para que Europa logre sus objetivos medioambientales a largo plazo, como por ejemplo, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80-95%.

Capital natural

  • Las políticas de la UE han reducido la contaminación y han mejorado de forma significativa la calidad del agua y del aire en Europa. Sin embargo, la continua degradación del ecosistema pone en peligro la producción económica y el bienestar europeos.
  • La biodiversidad sigue deteriorándose. El 60% de las evaluaciones de especies protegidas y el 77% de las evaluaciones de hábitats registraron un estado de conservación desfavorable. Europa no se está moviendo en la dirección correcta para alcanzar el objetivo de detener la pérdida de biodiversidad en 2020.
  • La calidad del agua dulce ha mejorado en los últimos años, no obstante, aproximadamente la mitad de los recursos de agua dulce en Europa probablemente no alcancen el «buen estado ecológico» en 2015.
  • La biodiversidad costera y marina es un área especial de preocupación. Entre las presiones se incluye el deterioro del lecho marino, la contaminación, las especies invasoras y la acidificación. La sobrepesca ha descendido en el Atlántico y el Báltico, pero la imagen que deja el Mediterráneo es más negativa, pues el 91% de los recursos pesqueros estudiados sufrieron sobrepesca en 2014.
  • Menos de un 6% de la superficie agrícola europea se destinó a la agricultura ecológica en 2012, con grandes diferencias entre países.
  • En cuanto al futuro, se prevé que los efectos del cambio climático intensifiquen las presiones y los impactos, a la vez que se espera que las causas que subyacen en la pérdida de biodiversidad persistan.

Salud y bienestar

  • Las políticas medioambientales han traído mejoras en la calidad del agua para consumo y del agua de baño, y han reducido la exposición a los principales contaminantes peligrosos.
  • La contaminación atmosférica y acústica sigue ocasionando graves efectos sobre la salud en las zonas urbanas. En 2011, en la UE se atribuyeron a las partículas finas unas 430.000 muertes prematuras, mientras que la exposición al ruido contribuye cada año a, al menos, 10.000 muertes prematuras a causa de enfermedades cardíacas.
  • El creciente uso de sustancias químicas, en particular en los productos de consumo, se ha asociado con un incremento constatado de enfermedades y trastornos endocrinos en humanos.
  • No se espera que las mejoras previstas en la calidad del aire sean suficientes para evitar el daño continuo, mientras que se prevé que los impactos ocasionados por el cambio climático empeoren.
  • El sector de la industria medioambiental creció más de un 50% entre los años 2000 y 2011, y es uno de los pocos sectores que ha crecido en términos de ingresos y puestos de trabajo desde la crisis financiera de 2008.

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