Investigadores de la Universidad de León trabajan en un software destinado a optimizar la logística y el transporte de residuos orgánicos generados en la transformación de frutas y hortalizas para su posterior valorización.
El Grupo de Ingeniería Química Ambiental y de Bioprocesos de la Universidad de León (ULE) ha desarrollado un novedoso software de gestión de residuos orgánicos de la industria alimentaria, actividad que se puede convertir en nueva vía de obtención de diversos productos sostenibles como aceites, compuestos antioxidantes o pigmentos naturales.
El trabajo forma parte del Proyecto Flexiner y se está llevando a cabo con la colaboración del Grupo Biomasa Peninsular, en el marco del Programa iNNPACTO 2012 que cofinancia el Ministerio de Economía y Competitividad.
Biomasa Peninsular tiene una amplia experiencia en compostaje y digestión anaerobia a pequeña escala, sistemas de tratamiento biológico que constituyen alternativas industriales para dar valor a los residuos orgánicos mediante el uso de tecnologías con un bajo requerimiento energético.
La digestión anaerobia permite el aprovechamiento energético de los residuos mediante la obtención de biogás. El inconveniente consiste en que requiere el transporte continuo desde el punto de generación hasta el lugar final de tratamiento, lo que se puede traducir en un incremento de contaminación y emisiones.
En ese contexto, uno de los puntos importantes a optimizar en los sistemas de recogida y tratamiento de residuos está relacionado con la logística del transporte.
El software desarrollado en el marco del proyecto Flexiner permite a sus usuarios evaluar fácilmente la opción más conveniente para su línea de negocio, en términos de su volumen de producción de residuos y su temporalización, evaluando al mismo tiempo su ubicación y la forma más eficiente de recogida y tratamiento de los mismos.
‘Flexiner’ también ha permitido al grupo de investigación de la ULE, en colaboración con la empresa Comapitol, ganar experiencia en los sistemas de digestión a pequeña escala y evaluar la rentabilidad futura de estos sistemas asociados a la microgeneración de energía.
Consumo de productos procesados
El origen de la investigación parte del incremento registrado en los últimos años de la demanda de alimentos listos para el consumo, en los que se cuidan especialmente los aspectos relacionados con la presentación y comodidad de adquisición. En el caso de los productos vegetales, los de la denominada ‘gama IV’ son hortalizas y frutas sometidas a una leve transformación (lavado, pelado, troceado, etc) y a un posterior envasado para que lleguen al consumidor en un formato más agradable, que facilite su cocción o preparación final.
El consumo de este tipo de productos se está viendo favorecido además por la creciente tendencia social hacia dietas saludables y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, aparejado al mayor consumo de productos procesados, se encuentra el aumento del volumen de residuos, los cuales requieren de una gestión adecuada.
Pero un tratamiento adecuado puede convertir estos residuos en materias primas para la generación de nuevos productos. Y herramientas como la desarrollada en el marco del proyecto Flexiner pueden ayudar a maximizar la eficiencia de estos procesos de aprovechamiento de residuos.