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El desarrollo de productos comestibles que sustituyan a los de un solo uso y reduzcan la generación de residuos plásticos es ya una realidad, y si bien aún presentan algunos desafíos, las empresas empiezan a apostar por ellos.

Llegan los envases comestibles
Envasar agua o alimentos en films comestibles es ya una realidad. Foto: Notpla

Es innegable la creciente preocupación social por los residuos plásticos. Sin embargo, la utilidad, propiedades y costos de los envases plásticos para alimentos son difíciles de superar. Aún así, un creciente número de innovadores y emprendedores están tratando de fabricar envases y vajillas comestibles con sustancias alimenticias como algas marinas, proteínas lácteas y almidón de patata, según refleja un reciente artículo de Chemical & Engineering News (C&EN), la revista de la Sociedad Química Americana.

Los films, envoltorios y pajitas comestibles ya han encontrado un mercado especializado y están empezando a atraer la atención de las grandes empresas de alimentos y bebidas. En el Maratón de Londres de 2019, la nueva empresa Notpla entregó a los sedientos corredores una vainas de bebidas isotónicas envasadas en cápsulas hechas a base de algas marinas. Aunque el envase es seguro y se puede tragar, los corredores podían desechar la película, ya que se biodegrada en un periodo de entre 4 y 6 semanas.

Otro caso es el de la empresa Loliware, con sede en Nueva York, que fabrica pajitas a base de algas pero que ofrecen al tacto una sensación como la del plástico durante 24 horas después de mojarse. Una vez usadas, pueden ser consumidas, o se degradarán en el medio ambiente en 2 meses. Los hoteles Marriott y la empresa de bebidas alcohólicas Pernod Ricard ya han comenzado a usar estas pajitas.

Pero aunque los envases comestibles están ganando terreno, aún presentan algunos desafíos. Existe, por ejemplo, cierta preocupación por la higiene de estos envoltorios si han sido tocados o expuestos a gérmenes durante el transporte o almacenaje. Los expertos están de acuerdo en que los envases comestibles requerirán una capa o embalaje externo, pero estos materiales también podrían estar hechos de materiales compostables o sostenibles, como el papel.

Otro obstáculo es la aceptación pública: ¿comerá la gente algo que normalmente se tira? Según el autor del artículo, los consumidores tal vez podrían convencerse si el envase incluye nutrientes, como vitaminas o proteínas, o simplemente si sabe bien.

Por último, es necesario también mejorar la estabilidad de estos productos ante el calor y la humedad, antes de que los envases comestibles puedan disfrutar de un uso generalizado.

Fuente:
American Chemical Society

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