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Andoni Uriarte Pérez

Director general de Iparplast, director técnico de Recircula y expresidente y fundador de ASERPET – Asociación Española de Recicladores de PET

El concepto de reciclaje de alta calidad es un pilar en las Directivas de residuos y envases y una exigencia en las diferentes transposiciones que de ellas se hagan a los Estados miembros de la UE.

Es evidente que en los tiempos de crisis ambiental, económica y de pandemia en los que estamos inmersos, la necesidad de un cambio disruptivo en cómo la sociedad percibe la actual gestión de los residuos en nuestro país, es más necesidad que virtud.

Así, hemos sido conocedores de numerosa nueva terminología que en muchas ocasiones se tiende a utilizar, carente de un mínimo de rigor y de conocimiento. Este es el caso del llamado reciclaje de alta calidad.

En realidad, este concepto no es nada novedoso, sino que viene a integrar conceptos hasta ahora independientes y aparentemente inconexos, y que pasan a formar parte de este proceso industrial global.

Así, se definiría como aquel proceso de valorización en el cual son introducidos materiales de residuos que son transformados en productos, materiales ó sustancias que sustituyen al residuo original y lo hacen sobre la base del equilibrio en la sostenibilidad (ligado al impacto medioambiental), eficiencia en los procesos (ligado a la viabilidad económica) y circularidad de los materiales.

Ha servido también este concepto al desarrollo normativo relativo a la consecución de objetivos, tal y como se señala en la Directiva 2018/851 de residuos, en su artículo 11 bis apartado 1c, donde los residuos municipales reciclados son tratados garantizando el reciclado de alta calidad y transformándose en productos, materiales ó sustancias.

Dicha directiva incide especialmente en este concepto en la responsabilidad que tienen los estados miembros de garantizar la recogida de determinados tipos de residuos, siempre que ello no impida el reciclaje de alta calidad u otro tipo de valorización en consonancia con la jerarquía de residuos.

La Unión Europea quiere fomentar la preparación para la reutilización y el reciclado, permitiendo un reciclaje de alta calidad, estimulando de esta forma el uso de materias primas secundarias de calidad, hecho éste que para determinados flujos de materiales sigue sin cumplirse en la actualidad por parte de España.

Recogida separada

La obligación de recoger los residuos de forma separada, de conformidad con la Directiva citada, exige que los residuos se separen según su tipología y naturaleza en la modalidad que sea elegida, pudiendo recogerse determinados tipos de residuos de forma conjunta, siempre que ello no impida el reciclaje de alta calidad en consonancia con la jerarquía de residuos.

Y en nuestro país, la modalidad elegida actualmente para la recogida selectiva de materiales es la de contenedores de colores.

El sistema actual, tiene contenedores monomaterial –el de vidrio, el de cartón y el de biorresiduos– y dos contenedores multimaterial –la fracción de basura mezclada y el contenedor amarillo de envases mezclados–.

A partir de ahora, nos centraremos en el contenedor amarillo.

Pues bien, este método incumple sistemáticamente la evolución necesaria hacia el reciclaje de alta calidad, puesto que en el contenedor amarillo se encuentran numerosas fracciones incompatibles, mezcladas y contaminadas irreversiblemente entre sí, lo cual hace perder necesariamente eficiencia, circularidad de los materiales y sostenibilidad en los procesos posteriores, impidiendo el reciclaje de alta calidad impulsado por la UE.

El sector del reciclaje en nuestro país debe abogar por unas especificaciones técnicas de materiales recuperados creadas por él y que se ajusten a las necesidades de un sector dañado por la baja calidad de los materiales que se ve obligado a tratar.

Es sabido y notorio que en nuestro país tan sólo una pequeña parte de los residuos recogidos actualmente pueden dotarse de eficiencia, circularidad y sostenibilidad; es decir, de un verdadero reciclaje de alta calidad.

En la Directiva 2018/852 de envases y residuos de envases queda patente la importancia nuclear que también tiene este concepto, ya que en ella se señala que deben impulsarse y revisarse los parámetros con la finalidad de reforzar los requisitos para la mejora en el diseño de la reutilización y el reciclado de alta calidad en los envases.

Más específicamente, en su artículo 7.4, denominado “Sistemas de devolución, recogida y valorización”, se señala que los Estados miembros adoptarán medidas para promover el reciclado de alta calidad de los residuos de envases y para alcanzar los niveles de calidad necesarios en los sectores de reciclado pertinentes. Y en el artículo 9, apartado 5, se establece que la Comisión examinará la viabilidad de reforzar los requisitos básicos con miras a, entre otros fines, el amejoramiento en el diseño para la reutilización y el fomento del reciclado de alta calidad de los envases, así como para mejorar el cumplimiento de dichos requisitos, a más tardar el 31 de diciembre de 2020.

Es más, debemos destacar que los nefastos resultados en la consecución de objetivos 2020, que recientemente han sido motivo de queja por entidades ecologistas Españolas ante la Comisión Europea, son consecuencia directa de la ineficacia de los sistemas de recogida separada actuales, unidos a la escasa participación de los consumidores en esos sistemas. Siendo esto así, entendemos que se deba promover, según dicta esta Directiva de envases y residuos de envases, sistemas de recogida separada más eficientes, estableciendo objetivos mínimos de recogida que no impidan el reciclado de alta calidad, en consonancia con la jerarquía de residuos, haciendo especial hincapié en las botellas para bebidas, al ser envases de plástico de un solo uso, con un mayor índice de abandono en el medio ambiente.

En definitiva, el concepto de reciclaje de alta calidad es un pilar en las citadas Directivas y una exigencia en las diferentes transposiciones que de ellas se hagan a los diferentes Estados miembros de la Unión Europea.

Así en el Anteproyecto de ley de residuos y suelos contaminados, son revisados conceptos de tanta relevancia como la responsabilidad ampliada de productor, subproducto o la condición de fin de residuo, con el único propósito de permitir el reciclado de alta calidad; para lo cual las autoridades podrán limitar el nivel de impropios presentes en los flujos de recogida separada.

Este Anteproyecto sigue sin abordar con la determinación debida cuestiones tan esenciales sobre cómo siguiendo con el modelo actual de contenedores de colores se va a poder facilitar el reciclado de alta calidad, o conseguir siquiera el objetivo de recogida separada de botellas de plástico, cifra en la actualidad completamente desconocida.

Pero sin ningún género de duda, el maridaje perfecto para disponer de un reciclaje de alta calidad es impulsar la recogida de alta calidad, por lo que inexorablemente ambos conceptos deben ir siempre unidos, señalando al reciclaje de alta calidad como el máximo exponente a alcanzar e indicador de la buena gestión en los residuos.

Un generador de empleo verde

De acuerdo al Plan de Acción de Economía Circular del Gobierno de España, dentro del eje de actuación de la gestión de los residuos, la implementación del reciclaje de alta calidad puede ser un excelente generador de empleo verde de calidad y alto valor añadido; ¿a qué esperamos para coger el testigo de Europa?

Es por ello, por lo que desde estas líneas me gustaría interpelar al MITERD para que en el Anteproyecto de la nueva ley de residuos que se encuentra en fase de preparación, fomente este reciclado de alta calidad, que no es más que la consecuencia lógica de las Directivas europeas antes mencionadas.

El reciclaje de alta calidad es una oportunidad única para mejorar y una palanca tractora en la consecución de los objetivos de reciclaje, y nuestro país no puede ni debe quedarse atrás. Es necesario dotar a los procesos de valorización de materiales, de un ecosistema favorable de recuperación de materiales con calidad, como lo son los sistemas de depósito, devolución y retorno en el caso de los envases de bebidas. Y también en otros materiales tales como los biorresiduos, textil u otras fracciones que en la actualidad carecen de una recuperación de materiales valorizables, con la finalidad de extraer de ellos su máxima potencialidad.

A la industria recicladora de nuestro país se le ha de proporcionar un clima de confianza para la realización de las inversiones necesarias en un entorno seguro de recuperación de materiales de alta calidad; sólo de esta forma, dispondremos de una industria recicladora puntera y competitiva a nivel europeo que haga realidad el concepto de “reciclaje de alta calidad”.

Por último, he de hacer especial mención en que la actual situación de pandemia que estamos viviendo no es fruto de la casualidad. Según declaraciones de la OMS, el 70% de los brotes epidémicos de ébola, SARS ó VIH han comenzado con la destrucción masiva de selvas y bosques tropicales. En definitiva, con la mala relación que tenemos los seres humanos con el medio ambiente que nos rodea. Como señala este organismo, todo lo que tocamos lo contaminamos; usamos miles de millones de toneladas de plásticos que acaban en los océanos, volviendo a nosotros al ir a parar a los animales que nos comemos. Para evitarlo debemos ser conscientes de qué es lo que estamos poniendo en el medio ambiente y cómo nos lo va a devolver; nos conviene hacerlo bien, ya que la interacción de la actividad humana con el medio ambiente está siendo catastrófica.

En definitiva, nos urge como sociedad dejar atrás los intereses privados y caminar juntos en la senda del bien común, tomando medidas eficaces, eficientes y reales tales como la reutilización y el reciclaje de alta calidad.

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