El acuerdo alcanzado esta semana por los colegisladores europeos contempla el control de las emisiones también durante las fases de arranque y parada, una fase crítica para la formación de dioxinas.
Esta semana se ha alcanzado un acuerdo sobre la Directiva europea de Emisiones Industriales (DEI), que impone el control obligatorio de las emisiones de dioxinas de las incineradoras y coincineradoras de residuos durante todas las horas de funcionamiento.
Anteriormente, la DEI sólo exigía el control en condiciones normales de funcionamiento. Tras la conclusión de los diálogos tripartitos, la directiva obliga ahora al control tanto en condiciones normales de funcionamiento como en condiciones de funcionamiento distintas de las normales (OTNOC), lo que supone un paso crucial para responsabilizar a los operadores de estas instalaciones de las emisiones producidas.
Janek Vahk, director de Política de Contaminación Cero de Zero Waste Europe, afirma que «la Directiva de Emisiones Industriales ha cerrado por fin, al menos parcialmente, una importante laguna en materia de permisos y control en relación con el control de dioxinas que debe aplicarse en las fases de arranque y parada, que es una fase crítica para la formación de dioxinas. Ahora hay una redacción muy clara que dice que el control de PCDD/F y PCB es obligatorio durante la puesta en marcha».
El apoyo a este desarrollo se deriva de los hallazgos del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea en 2019, que descubrió que durante un arranque en frío, las superficies del horno y la caldera, propicias para la formación de PCDD/F mediante síntesis de novo, son sustancialmente mayores que durante condiciones de funcionamiento estables. Esta disparidad podría dar lugar a cargas de emisión de PCDD/F equivalentes a varios meses de funcionamiento normal vinculadas a un único arranque en frío. El acuerdo alcanzado esta semana aborda estas preocupaciones, haciendo hincapié en el compromiso con un enfoque de gestión de residuos más sostenible y responsable.
Un estudio reciente de ToxicoWatch sobre una de las mayores plantas de valorización energética de residuos de Europa, Ivry-Paris XIII, reveló que los dispositivos de control de las emisiones de dioxinas de la incineradora estuvieron inactivos durante un total de 6.936 horas, equivalentes a 289 días, a lo largo de los años 2020 y 2021.
«Investigaciones recientes revelan que el entorno inmediato de las incineradoras de residuos está muy contaminado con Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) -prosigue Vahk-. Esto plantea una cuestión crítica sobre la permisibilidad de construir estas instalaciones industriales en el corazón de las ciudades. Tales emplazamientos plantean potencialmente graves riesgos para la salud de los residentes, sobre todo en centros urbanos densamente poblados como Copenhague, Bruselas y París, donde cientos de miles de habitantes viven aguas abajo de las incineradoras».
Para abordar el problema de las emisiones de dioxinas no detectadas, el Parlamento Europeo aprobó unas enmiendas a la Directiva que exigen una frecuencia mínima para las mediciones, votadas a principios de este año. Esto implica el control obligatorio de las emisiones durante las fases de arranque y parada a intervalos regulares, estipulando campañas de medición al menos cada tres años.
«La redacción final -afirma Vahk- es un debilitamiento del texto inicial y abre la posibilidad de utilizar ‘mediciones sustitutivas’. Tales mediciones no pueden proporcionar información fiable sobre las emisiones de dioxinas y PCB durante las puestas en marcha. El uso de parámetros sustitutivos no debería admitirse».
De cara al futuro, Zero Waste Europe insta a la Comisión Europea a que haga transparente su metodología para medir los PCDD/F y elimine el uso de parámetros sustitutivos como los compuestos orgánicos volátiles totales/carbono orgánico total (COV/COT).