Auriculares, mandos a distancia, cigarrillos electrónicos o detectores de humo son algunos de los residuos electrónicos que no percibimos como tales, pasando por alto su potencial reciclable y enviándolos a vertederos o incineradoras.
Este año, el Día Internacional de los Residuos Electrónicos se celebrará bajo el lema «Se puede reciclar todo lo que tenga un enchufe, una pila o un cable», para poner de relieve la cuestión de los residuos electrónicos invisibles, es decir, los artículos electrónicos que a menudo pasan desapercibidos para quienes se deshacen de ellos porque no se consideran residuos electrónicos. Así, una cantidad significativa de estos desechos permanece oculta a plena vista.
Según las Naciones Unidas, en 2023 se producirán 8 kg de residuos electrónicos por persona en todo el mundo. Esto supone 61,3 millones de toneladas de residuos electrónicos desechados en un año, más que el peso de la Gran Muralla China. Sólo el 17,4% de estos residuos, que contienen una mezcla de sustancias nocivas y materiales valiosos, se recogerán, tratarán y reciclarán adecuadamente en todo el mundo. Los 50,6 millones de toneladas restantes se depositarán en vertederos, se quemarán, se comercializarán ilegalmente y se tratarán de forma deficiente o simplemente se acapararán en los hogares. Incluso en Europa, líder mundial en reciclaje de residuos electrónicos, sólo el 54% de los residuos electrónicos se recogen y reciclan oficialmente, y la falta de concienciación pública impide que los países desarrollen economías circulares para los aparatos electrónicos.
El Día Internacional de los Residuos Electrónicos es una campaña anual de concienciación iniciada por el WEEE Forum y sus miembros, que se celebra el 14 de octubre de cada año. Su objetivo es poner de relieve el creciente problema de los residuos electrónicos y promover su gestión responsable. Todas las actividades de concienciación relacionadas con los residuos electrónicos son bienvenidas a la campaña: desde iniciativas en redes sociales, televisión y radio hasta recogidas de residuos electrónicos en ciudades o colegios o incluso actuaciones artísticas.
¿Qué es la basura electrónica invisible?
La basura electrónica invisible se refiere a los residuos electrónicos que pasan desapercibidos debido a su naturaleza o apariencia, lo que lleva a los consumidores a pasar por alto su potencial reciclable. Como el estilo de vida actual está cada vez más orientado a la tecnología, muchos de los productos presentes en el mercado tienen componentes eléctricos o electrónicos. Esto significa que al final de su vida útil, cuando ya no pueden reutilizarse ni repararse, deben formar parte del flujo de reciclaje de productos electrónicos. Algunos ejemplos de este tipo de objetos, presentes en gran medida en los hogares, son: juguetes eléctricos y electrónicos, cigarrillos electrónicos, herramientas eléctricas, detectores de humo, dispositivos sanitarios portátiles, aparatos domésticos inteligentes, bicicletas y patinetes electrónicos o simplemente cables.
¿Por qué estos residuos invisibles son un problema?
Según un estudio elaborado en 2022 por el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional y los Recursos (UNITAR) y miembros del WEEE Forum de 6 países (Reino Unido, Italia, Portugal, Rumanía, Eslovenia y Países Bajos), de los 74 productos electrónicos que se encuentran en un hogar medio, 13 son objeto de acaparamiento (9 de ellos sin usar pero en funcionamiento y 4 rotos). La electrónica de consumo de pequeño tamaño y los accesorios (como auriculares o mandos a distancia, que a menudo no se reconocen como artículos electrónicos) encabezan la lista de productos atesorados. Si estos aparatos permanecen en los cajones y armarios, los valiosos recursos que contienen no vuelven a entrar en el ciclo de fabricación.
Cuando los aparatos y componentes electrónicos se eliminan de forma inadecuada porque no se reconocen como residuos electrónicos, suelen acabar en vertederos o incineradoras. Los aparatos electrónicos contienen diversas sustancias peligrosas, como plomo, mercurio, cadmio y retardantes de llama, que pueden filtrarse al suelo y a las fuentes de agua, contaminando los ecosistemas y suponiendo riesgos para la salud humana.
Estos dispositivos también contienen recursos valiosos, como metales preciosos como el oro, la plata y el cobre, así como elementos raros y estratégicos, denominados materias primas críticas, que son cruciales para la transición ecológica y la producción de nuevos dispositivos electrónicos. Cuando los residuos electrónicos no se reciclan adecuadamente, estos valiosos materiales se echan a perder.
«El año pasado se inscribieron como participantes 194 organizaciones de 72 países de 6 continentes diferentes, y muchas más entidades celebraron el día con actividades, reportajes y campañas en línea. Este año queremos que el evento sea aún mayor, ya que vemos la creciente importancia del problema de los residuos electrónicos. No solo por su creciente volumen. En Europa, con la guerra de Ucrania, hay una fuerte voluntad de hacer que la economía de la UE sea resistente en lo que se refiere a las materias primas críticas. Se pueden recuperar de los residuos electrónicos, pero sin que todos seamos ciudadanos conscientes y devolvamos nuestros aparatos electrónicos, esto no se hará realidad», afirma Pascal Leroy, director general del WEEE Forum; y prosigue: «En otras partes del mundo, vemos que la legislación sobre residuos electrónicos está surgiendo en cada vez más países. A través de iniciativas como el Día Intencional de los Residuos Electrónicos, queremos darles las herramientas para concienciar y saltar algunos de los obstáculos a los que ya nos hemos enfrentado».
Cualquier organización que desee abordar el tema de los desechos electrónicos y esté dispuesta a participar en esta iniciativa está invitada a registrarse.