Investigadores del Instituto Fraunhofer LBF, en Alemania, han demostrado que el plástico reciclado se comporta de manera similar al plástico virgen, siendo un material adecuado para los fondos de las cajas de los lavaplatos.
Las botellas de detergente se fabrican frecuentemente con plástico reciclado; sin embargo, en lo que respecta a las aplicaciones de mayor valor añadido, estos reciclados aún no se han implantado a gran escala. Los investigadores del Instituto Fraunhofer LBF (Durabilidad Estructural y Fiabilidad de Sistemas), en colaboración con empresas asociadas, han demostrado que el plástico reciclado puede tener un rendimiento similar al del plástico virgen, y que también es un material adecuado para los fondos de las cajas de los lavavajillas.
El reciclaje de plástico desempeña un papel fundamental en la protección del clima y del medio ambiente. Aunque algunos envases, como las botellas de detergente se fabrican frecuentemente con plástico reciclado, las empresas siguen siendo aún reticentes a hacer lo mismo con los productos de mayor valor añadido. A fin de cuentas, el procesamiento de lo que antes eran residuos hace que propiedades como la resistencia, el olor y el aspecto difieran de las del plástico recién fabricado. Sin embargo, si el reciclado se procesa de forma eficiente, sus propiedades pueden adaptarse a las del plástico virgen. «Todavía hay una falta de confianza en los materiales reciclados», afirma Dominik Spancken, científico del Fraunhofer LBF.
Los investigadores de Fraunhofer quieren demostrar que se puede confiar en los materiales reciclados. «Por ello, hemos colaborado con Bosch GmbH y Bosch-Siemens-Hausgeräte GmbH (BSH) para investigar lo que realmente puede conseguir el plástico reciclado», dice Spancken.
Para ello, Bosch optimizó en primer lugar el material reciclado procedente de las carcasas de las baterías de arranque de los automóviles: se utilizaron aditivos, por ejemplo, para aumentar la resistencia y mejorar las propiedades visuales. A continuación, había que determinar si el material optimizado era adecuado para fabricar fondos de cajas de lavavajillas. Este componente, que pesa aproximadamente dos kilos, forma la estructura base de un lavavajillas, sostiene las paredes laterales y alberga componentes auxiliares como la bomba, los sensores de estado y el depósito de sal. Si estos fondos de caja pudieran producirse a partir de material reciclado, ello supondría una importante contribución a la sostenibilidad de los electrodomésticos: Sobre la base de una cifra de producción de tres millones de lavavajillas al año, el uso del reciclado (y, por tanto, de menos recursos) ahorraría unas 2.500 toneladas de petróleo crudo al año.
«En el Fraunhofer LBF investigamos inicialmente cómo se comportaba el reciclado optimizado bajo tensiones mecánicas», explica Spancken. Para ello, los investigadores fabricaron una muestra de ensayo y la sometieron a una fuerza determinada unas 100.000 veces, en un proceso automatizado. Esta cifra refleja el uso típico y el rango de carga de los electrodomésticos grandes. Esto establece el límite de la tensión que debe soportar el material sin dañarse. De acuerdo con estas especificaciones, los expertos de Fraunhofer LBF, Bosch y BSH establecieron parámetros para el diseño.
En cuanto a los 100.000 ciclos, esta cifra se basa principalmente en un perno de un dedo de grosor en el fondo de la caja del lavavajillas. Éste está sometido a un esfuerzo mecánico cada vez que se abre y se cierra la puerta del lavavajillas, y representa la zona sometida a mayor carga en el fondo de la caja del lavavajillas. Si suponemos que la puerta del lavavajillas se abre 15 veces al día y que el aparato tiene una vida útil de unos 18 años, la puerta se abrirá unas 100.000 veces durante toda la vida útil del lavavajillas.
«Aunque el reciclado es menos fuerte -un 15% más débil-, tiene propiedades de rigidez similares a las del plástico virgen. Sin embargo, lo más importante es que ambos materiales se comportan exactamente igual en cuanto a la deformabilidad del plástico. En resumen, es justo decir que el reciclado puede soportar las mismas tensiones que el material virgen», confirma Spancken.
Para confirmar este resultado, los investigadores también realizaron pruebas sobre el propio componente, además de las pruebas sobre el material puro. «Pudimos extrapolar el comportamiento de un pasador fabricado con material reciclado utilizando las pruebas del material virgen y la metodología de cálculo», dice Spancken. El resultado es alentador: Los valores de resiliencia registrados para los pasadores fabricados a partir de reciclado difieren muy poco de los fabricados con material virgen. Del estudio de viabilidad se desprende que es posible fabricar el fondo de un lavavajillas a partir de material reciclado y que el cambio de plástico virgen a reciclado supondría una contribución significativa a para fabricar aparatos más sostenibles.
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