Restringir la producción de nuevos plásticos puede ayudar a reducir su liberación al medio ambiente, y también conlleva otros beneficios, desde aumentar el valor de los plásticos reciclados hasta ayudar a abordar el cambio climático, según afirman en una carta a la revista Science.

Residuos plásticos

Tras la histórica decisión de las Naciones Unidas de adoptar un tratado mundial para acabar con la contaminación plástica, adoptada el pasado mes de marzo, las negociaciones gubernamentales sobre el acuerdo se iniciarán el próximo 30 de mayo. En ellas se debatirá intensamente qué tipo de medidas serán necesarias para acabar con la contaminación del aire, los suelos, los ríos y los océanos con residuos plásticos y microplásticos.

En una carta enviada a la revista Science, un grupo internacional de científicos y expertos aboga ahora por atajar el problema en su origen, regulando, limitando y, a largo plazo, eliminando progresivamente la producción de nuevos plásticos.

El reciclaje no es suficiente

«Aunque recicláramos mejor y tratáramos de gestionar los residuos en la medida de lo posible, seguiríamos arrojando a la naturaleza más de 17 millones de toneladas de plástico al año», afirma Melanie Bergmann, del Instituto Alfred-Wegener de Alemania. «Si la producción sigue creciendo y creciendo, nos enfrentaremos a una verdadera tarea de Sísifo», añade.

Una investigación publicada en Science en 2020 muestra que las emisiones de plástico sólo podrán reducirse en un 79% en los próximos 20 años si se aplican todas las soluciones disponibles en la actualidad, como la sustitución de algunos plásticos por otros materiales y la mejora del reciclaje y la gestión de residuos.

«El crecimiento exponencial de la producción es realmente la raíz del problema, y las cantidades de plástico que hemos producido hasta ahora ya han superado los límites planetarios«, afirma Bethanie Carney Almroth, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). «Si no abordamos esto, todas las demás medidas no lograrán el objetivo de reducir sustancialmente la emisión de plástico al medio ambiente», insiste.

Eliminación gradual

La eliminación gradual de la producción de nuevos plásticos a partir de materias primas nuevas debe formar parte de una solución sistémica para acabar con la contaminación plástica, sostienen los expertos de Alemania, Canadá, India, Noruega, Suecia, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos.

Junto con las medidas para abordar el consumo y la demanda del problema -como los impuestos-, un enfoque global debe abarcar también el lado de la oferta, es decir, la cantidad real de plásticos producidos y puestos en el mercado.

Según los científicos, la reducción gradual de la producción de nuevos plásticos tendrá muchos beneficios sociales, medioambientales y económicos.

Sedat Gündoğdu, de la Universidad de Cukurova (Turquía), afirma que «la producción masiva también alimenta la transferencia de residuos plásticos del Norte Global al Sur. Un tope de producción facilitará la eliminación de las aplicaciones no esenciales y reducirá la exportación de residuos plásticos».

«Obtenemos muchos beneficios de los plásticos, pero reducir la producción aumentará el valor de los plásticos, impulsará otras medidas para frenar la contaminación por plásticos, ayudará a afrontar el cambio climático y promoverá nuestra transición hacia una economía circular y sostenible», añade Martin Wagner, ecotoxicólogo de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.

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