Las negociaciones siguen estancadas debido a tres puntos principales de discordia: el ámbito de aplicación del tratado, la definición de contaminación por plásticos y si el tratado debe imponer compromisos obligatorios o ser voluntario.

Trabajadora informal con residuos plásticos

La Oficina Internacional del Reciclaje (BIR), organización que aglutina a las principales asociaciones nacionales del sector en todo el mundo, ha expresado su decepción por la falta de un acuerdo formal tras la última ronda de negociaciones en Busan (República de Corea) sobre un instrumento jurídicamente vinculante para hacer frente a la contaminación por plásticos.

Al tiempo que subraya la importancia de mantener el impulso para lograr una solución global, BIR lamenta la ausencia de un tratado internacional en esta fase, pero mantiene la esperanza de que las negociaciones en curso arrojen resultados significativos. «Abogamos firmemente por un tratado internacional jurídicamente vinculante en lugar de un acuerdo voluntario», afirma Susie Burrage, presidenta de BIR. «Se necesita una acción global para abordar eficazmente la contaminación por plásticos, y debemos aprovechar esta oportunidad para crear un marco sólido».

El potencial del tratado depende de la participación de las principales partes interesadas, incluida la industria del reciclaje. Arnaud Brunet, director general de BIR, subraya: «La aportación de la industria del reciclado es indispensable. Nuestras voces deben ser escuchadas en estas negociaciones para garantizar la aplicación de soluciones prácticas y sostenibles. No se trata sólo de una cuestión de final de vida, sino de abordar el ciclo de vida de los plásticos desde su producción hasta su eliminación».

Las negociaciones siguen estancadas debido a tres puntos principales de discordia. El primero es el ámbito de aplicación del tratado, con debates sobre si debe abordar todo el ciclo de vida de los plásticos, incluida la producción, o centrarse únicamente en los residuos postconsumo.

En segundo lugar, la definición de contaminación por plásticos: algunos países sostienen que incluye las emisiones y sustancias peligrosas de la producción, mientras que otros creen que sólo se refiere a la gestión al final de la vida útil.

Por último, hay desacuerdo sobre si el tratado debe imponer compromisos vinculantes o seguir siendo voluntario, lo que refleja las distintas prioridades y capacidades nacionales. Estas cuestiones sin resolver han obstaculizado considerablemente los avances en la formación de un consenso mundial.

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«Nos mantenemos firmes en nuestro apoyo a un acuerdo jurídicamente vinculante», añade Alev Somer, directora de Incidencia Política del BIR. «Las medidas voluntarias, aunque son un paso adelante, pueden no tener el impacto necesario. Un tratado vinculante garantizaría la rendición de cuentas y un cambio significativo».

Mientras continúan las negociaciones, el presidente del Comité Intergubernamental de Negociación ha presentado un nuevo proyecto de texto para la próxima sesión. BIR mantiene su compromiso de aportar la experiencia de la industria del reciclaje para dar forma a un tratado ambicioso.

«Esperamos que el proceso avance hacia un acuerdo global», concluye Burrage. «El mundo necesita este tratado para garantizar un futuro sostenible a las generaciones venideras».

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