Sacyr Industrial cuenta con dos plantas en Andalucía para aprovechar energéticamente el alperujo generado en el proceso de producción de aceite de oliva y los restos de poda de los olivos.

Sacyr industrial aprovecha los residuos del olivar para su valorización energética

La producción de aceite de oliva es una fuente de riqueza para cientos de municipios de Andalucía, pero, como cualquier otra industria, tiene asociados algunos retos medioambientales. La extracción mecánica del aceite en las almazaras produce, además del preciado líquido, otro, que se denomina orujo o alperujo, que debe ser tratado para evitar que se convierta en una fuente de contaminación. Situados en un área de reconocida producción olivarera, los dos complejos industriales de Sacyr Industrial en Andalucía tienen como finalidad maximizar el aprovechamiento energético de la biomasa del olivar. Además de estos complejos, la empresa posee tres plantas de cogeneración más, asociados a instalaciones similares. Estas plantas generan más de 920 GWh anuales, equivalentes al consumo de cerca de 270.000 hogares. Y, gracias a ellas, se evita cada año la emisión a la atmósfera de cerca de 170.000 toneladas de CO2.

Valorización del alperujo

Las instalaciones de Sacyr Industrial están destinadas a la valoración del alperujo generado en la zona de influencia de las plantas. Este alperujo recibe tratamientos de secado y extracción para que sirva como biomasa para generar energía eléctrica de forma sostenible.

Los complejos constan de tres instalaciones con actividades diferenciadas: planta de cogeneración para el secado del alperujo, extracción del aceite y planta de generación de energía eléctrica con biomasa.

La primera de las instalaciones, la planta de cogeneración, cuenta con motores de gas natural o bien con turbinas de gas en ciclo combinado con turbinas de vapor, cuyos gases de escape son empleados para el secado del alperujo. Estos motores y turbinas generan al mismo tiempo energía eléctrica, que se vierte a la red.

En el secadero se reduce la humedad del alperujo, lo que hace posible la extracción del aceite que contiene. Una vez extractado, queda lo que se denomina orujillo, que es el producto energético final del proceso iniciado en la almazara.

Biomasa de los propios olivares

La planta de biomasa produce energía eléctrica que vierte a la red general utilizando como combustible el orujillo generado y otras biomasas recogidas en la zona, fundamentalmente la poda del propio olivar.

Tras la recogida de la aceituna, los olivos han de ser limpiados y preparados para una nueva campaña, lo que genera grandes cantidades de hoja y poda. Esta biomasa históricamente se ha quemado en los olivares, pero, en las zonas de influencia de las plantas, los agricultores están prefiriendo valorizarla, vendiéndola a la planta de biomasa como combustible. De hecho, el 43% del consumo de biomasa de las plantas de Sacyr Industrial, cerca de 80.000 toneladas, procede de hojas y podas.

La quema de estas biomasas en la caldera de la planta representa una gran mejora ambiental, ya que, de esta manera, los controles son mayores y está sometida a una estricta regulación de emisiones.

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