Los productos químicos tóxicos utilizados como retardantes de llama de los materiales plásticos pueden ser absorbidos por el organismo a través de la piel, mediante el contacto con microplásticos, según demuestra una nueva investigación.
Un reciente estudio de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, ofrece las primeras pruebas experimentales de que las sustancias químicas presentes como aditivos en los microplásticos pueden filtrarse en el sudor humano y absorberse a través de la piel hasta llegar al torrente sanguíneo.
Numerosas sustancias químicas utilizadas en los plásticos como retardantes de llama y plastificantes ya han sido prohibidas, debido a la evidencia de efectos adversos para la salud, como daños en el hígado o el sistema nervioso, cáncer y riesgos para la salud reproductiva. Sin embargo, estos químicos siguen presentes en el medio ambiente en aparatos electrónicos antiguos, muebles, alfombras y materiales de construcción.
Aunque no se conocen del todo los daños causados por los microplásticos, cada vez preocupa más su papel como vías de exposición humana a sustancias químicas tóxicas.
El equipo de investigación ya demostró en un estudio publicado el año pasado que las sustancias químicas de los microplásticos se filtraban en el sudor humano. El estudio actual demuestra ahora que esas sustancias químicas también pueden ser absorbidas por el cuerpo a través de la barrera cutánea.
En sus experimentos, los investigadores utilizaron innovadores modelos de piel humana en 3D como alternativa a los animales de laboratorio y tejidos humanos extirpados. Los modelos fueron expuestos durante 24 horas a dos formas comunes de microplásticos que contienen éteres difenílicos polibromados (PBDE), un grupo químico utilizado habitualmente para retardar la llama de los plásticos.
Los resultados, publicados en Environment International, mostraron que la piel podía absorber hasta un 8% de la sustancia química expuesta, y que la piel más hidratada -o «sudorosa»- absorbía mayores niveles de esta. El estudio aporta las primeras pruebas experimentales de cómo este proceso contribuye a los niveles de sustancias químicas tóxicas presentes en el organismo.
El Dr. Ovokeroye Abafe, que llevó a cabo la investigación en la Universidad de Birmingham, explica que «Los microplásticos están por todas partes en el medio ambiente y, sin embargo, aún sabemos relativamente poco sobre los problemas de salud que pueden causar. Nuestra investigación demuestra que actúan como «portadores» de sustancias químicas nocivas, que pueden llegar a nuestro torrente sanguíneo a través de la piel. Estas sustancias químicas son persistentes, por lo que con una exposición continua o regular a ellas se producirá una acumulación gradual hasta el punto en que empiecen a causar daños».
para el Dr. Mohamed Abdallah, catedrático asociado de Ciencias Medioambientales de la Universidad de Birmingham e investigador principal del proyecto, «estas conclusiones aportan pruebas importantes para que los reguladores y los responsables políticos mejoren la legislación en torno a los microplásticos y salvaguarden la salud pública frente a la exposición nociva».
El profesor Stuart Harrad, coautor del trabajo, añade que «el estudio supone un importante paso adelante en la comprensión de los riesgos de la exposición a los microplásticos para nuestra salud. A partir de nuestros resultados, es necesario seguir investigando para comprender plenamente las diferentes vías de exposición humana a los microplásticos y cómo mitigar el riesgo de dicha exposición».
En futuras investigaciones, el equipo tiene previsto estudiar otras vías a través de las cuales los microplásticos podrían ser responsables de la entrada de sustancias químicas tóxicas en el organismo, incluidas la inhalación y la ingestión.