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Se trata de una película basada en el quitosano, un polisacárido que se encuentra en los caparazones de los cangrejos o en hongos.

Crean un film biodegradable y antibacteriano para alimentos

Un equipo de químicos de la Universidad de RUDN (Rusia) ha creado un recubrimiento antibacteriano para productos alimenticios. La mezcla consiste en dos componentes que son seguros para la salud humana y forman una película fina, no tóxica y biodegradable. La película no tiene color ni sabor y puede aumentar la vida útil de diferentes productos de 2,5 a 8 veces. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Food Packaging and Shelf Life.

Los envoltorios de alimentos se suelen producir a partir de compuestos químicos basados en polímeros sintéticos como el polietileno y el polipropileno. Estos materiales son negativos para el medio ambiente y tardan docenas, si no cientos de años en descomponerse si no se gestionan adecuadamente. Naturalmente, un envoltorio de alimentos debe proteger los alimentos y no contener toxinas que puedan contaminarlos, pero también es importante que se descomponga sin dejar rastro después de ser usado.

Así, los investigadores de la Universidad de RUDN desarrollaron este revestimiento a partir de polisacáridos, macromoléculas naturales que son componentes básicos de los organismos vivos. Los polisacáridos no tienen un efecto negativo en la salud, son biodegradables y no tóxicos.

Los recubrimientos antibacterianos sugeridos en este trabajo se basan en el quitosano, un polisacárido que se encuentra en los caparazones de los cangrejos o en hongos. Concretamente, los químicos utilizaron dos derivados del quitosano: SC-Na, o sal de quitosano succinil sódico, y un compuesto de triazol, betaína y quitosano (TBC). Este último posee propiedades antibacterianas comparables a las de los antibióticos de hoy en día.

Según el equipo investigador, las nanopartículas de TBC se incrustan en una rejilla o matriz de SC-Na, creando una fina película uniforme. Es mucho más resistente que cualquiera de sus componentes individuales y deja entrar menos oxígeno y vapor. En el curso de los experimentos, los científicos confirmaron que la película es más eficiente cuando la relación SC-Na – TBC es de 1-1.

«Conseguimos obtener derivados del quitosano no tóxicos con extraordinarias propiedades antibacterianas casi similares a las de los antibióticos comerciales y sugerimos que podrían utilizarse para aumentar la durabilidad de la película y las características antibacterianas», explica Andreii Kritchenkov, asistente de investigación en el Departamento de Química Inorgánica de la Universidad RUDN. «Basamos nuestro recubrimiento en SC-Na, una sal con alta capacidad de formación de película -añade-. Además, no es tóxica y funciona como antioxidante, aumentando la vida útil de los productos alimenticios. Al cambiar la relación TBC/SC-Na, desarrollamos revestimientos alimentarios multifuncionales con mejores propiedades antibacterianas, protectoras y mecánicas».

Para probar su invento, el equipo envolvió varios plátanos en la película durante 10 días. Durante el experimento, los científicos midieron su peso, el contenido de vitamina C y el nivel de emisión de dióxido de carbono. Después de 10 días estos parámetros fueron comparados con los resultados del grupo de control, que se mantuvo sin recubrimiento. Los frutos recubiertos resultaron haber perdido 3 veces menos peso y 8 veces menos vitamina C, y la frecuencia de su «respiración» fue 2,6 veces menor (es decir, los procesos metabólicos que se asocian con las emisiones de CO2 se ralentizaron).

Gracias a estas propiedades, las películas a base de quitosano pueden ser utilizadas para almacenar productos alimenticios. Y después de que una película ha sido usada, se descompondrá sin causar daño al medio ambiente.

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