El coste, la disponibilidad y la funcionalidad y seguridad son, según un estudio con expertos del sector de bienes de consumo, los mayores impedimentos para adoptar materiales más sostenibles para sus envases.

La transición a materiales alternativos al plástico en los envases es lenta

Un nuevo estudio de la compañía inglesa de materiales Aquapak, basado en una investigación con 100 expertos británicos responsables de I+D, tecnología, diseño y sostenibilidad de envases para marcas de gran consumo, revela que la mayoría (92%) tiene previsto dejar de utilizar plástico en sus envases de productos de consumo. El informe muestra que el papel y el cartón son los materiales de sustitución preferidos, seguidos de los nuevos polímeros, los bioplásticos y los multimateriales.

Sin embargo, a pesar del compromiso de abandonar el plástico, el plazo para la transición sigue siendo considerable: el 27% de los expertos en envases esperan que se produzca antes de 2027, el 35% antes de 2028 y el 28% antes de 2029. Algo menos de un tercio (30%) considera que la transición a nuevos materiales de envasado en su empresa es demasiado lenta, el 58% la califica de «moderada» y sólo el 11% afirma que es rápida. Y lo que es más importante, la mayoría (87%) desea que el cambio a materiales alternativos para sustituir a los plásticos convencionales se produzca con mayor rapidez.

En la actualidad, los principales obstáculos detectados para utilizar opciones más respetuosas con el medio ambiente son el coste más elevado de los envases alternativos -citado por el 53% de los encuestados-, la disponibilidad de materiales alternativos (50%) y la garantía de que la funcionalidad y la protección del producto sigan siendo las mismas (46%).

Cuando se preguntó a los encuestados por los factores clave que ayudarían al sector de los bienes de consumo de alta rotación a acelerar el desarrollo y la aplicación de nuevos materiales, la investigación mostró que el 70% de los encuestados creía que era clave contar con objetivos de reciclado más ambiciosos, el 62% quería ver un aumento de la inversión en nuevos materiales y el 54% afirmaba que era necesaria una mayor colaboración para acelerar la I+D.

La mitad también afirmó que era necesario un compromiso de toda la industria para abandonar el plástico convencional, mientras que otro 47% señaló que era importante una regulación medioambiental más estricta mediante la imposición de impuestos a los materiales con un comportamiento medioambiental deficiente.

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